Descendientes de los antiguos garamantes que en la Antigüedad habitaban el Fezzan, en el corazón del Sáhara, los tuaregs han sido siempre un producto de la imaginación popular: jinetes sobre elegantes camellos, viajeros en una tierra infinita, los últimos pueblos libres sobre nuestro planeta. Su conocimiento está teñido de ideas románticas, pero la realidad de estos grupos pastores muestra una difícil adaptación a un medio áspero, frecuentes periodos de hambre y una libertad restringida a las necesidades de pastos para sus rebaños, de los que estos nómadas son absolutamente dependientes.
Desde el pasado miércoles hasta el 2 de febrero de 2009, la plaza del Adelantado de La Laguna (Tenerife) y la ermita de San Miguel acogerán una muestra fotográfica y un ciclo de conferencias que pretenden restituir con rigor y sensibilidad los grandes rasgos de la identidad tuareg. La iniciativa, que está organizada por la concejalía de Cultura del Ayuntamiento de La Laguna y el Grupo de Estudios Africanos Harmatan, pretende además plantear un inevitable interrogante sobre el futuro de estos nómadas interrumpidos. En este sentido, el profesor Ángel Luis Pérez Quintero explica que "es la primera exposición en Canarias, y hecha por canarios, sobre los tuaregs". Según expone el miembro del grupo Harmatan, la muestra pretende recuperar un patrimonio que la Unesco trata de preservar, una cultura ligada a míticas ciudades como Tombuctú o Gao, la patria de los Askias, emperadores de uno de los imperios más importantes de la historia.
Pérez Quintero, que junto al fotógrafo Fermín Correa recogieron parte del material fotográfico que se expone en La Laguna hace poco más de un mes, incide en que el objetivo de la muestra es dar a conocer un pueblo "que puede que dentro de 20 años sólo aparezca en los libros de texto". No en vano, a los problemas sufridos por los tuaregs tras la descolonización se le añaden ahora la escasez de alimentos, que les ha obligado a practicar el pillaje como actividad económica. "Para ellos, el desierto no tiene fronteras", asevera Ángel Luis Pérez, que ofrecerá una de las conferencias el día 20.
En la Antigüedad, los tuaregs fueron un pueblo poderoso y temido, en guerra permanente contra las ricas ciudades de la cuenca del Níger. Sin embargo, con la creación de las naciones africanas, han sostenido luchas desesperadas para mantener su independencia y libertad de movimientos. En la actualidad, su destino es la sedentarización y la necesidad de buscar nuevos medios de vida. "Las nuevas formas de transporte hacen que sus caravanas no tengan sentido", denota el profesor Pérez Quintero, quien reconoce que es difícil censar a la población tuareg que queda hoy en día. "Hablamos de grupos que se mueven por zonas como Argelia, Níger y Malí, países con los que están en conflicto; Mauritania y Túnez; pero como máximo habrá 400.000 personas", arguye el miembro del Grupo de Estudios Africanos.
Creencias
A lo largo de los siglos los tuaregs han adoptado algunas ideas del Islam, en la medida de que esto no se contraponía con sus propias creencias, manteniendo intactos su sistema de justicia y sus leyes. "A través de estas fotos -de gran formato y a color-, se pone de manifiesto el dinamismo y asombrosa capacidad de adaptación de los tuaregs para sobrevivir en el duro entorno del Sáhara y las estribaciones del Sahel, desarrollando una economía de intercambios comerciales, ganadera y agrícola asociada a los oasis, con una peculiar organización política y cultural", argumenta Fermín Correa, que cerrará el ciclo de ponencias sobre los hombres azules el próximo día 27.
Según explicó la concejal lagunera de Cultura del ayuntamiento lagunero, Fidencia Iglesias, el objetivo de este proyecto cultural es "mostrar a la ciudadanía la compleja realidad histórica, geográfica y humana de este pueblo que ha sobrevivido a periodos de conquistas coloniales, independencias de países africanos, represiones o sequías". Abandonados de Dios, como se les consideraba antes de su conversión al islam, y siempre en minoría dentro de sus naciones, los tuaregs han protagonizado estériles rebeliones y hoy sufren un doloroso proceso de desintegración cultural. Para evitarlo, estos nómadas de las arenas han abierto sus puertas para mostrarse como lo que son, los reyes del Teneré (desierto).
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