La resistencia de una mujer divorciada en Irán contra los prejuicios del radicalismo islámico centra las páginas de Nylon road, una novela gráfica con la que su autora, Parsua Bashi, ha querido saciar "una necesidad" y poner palabras a un "diálogo real" que tuvo consigo misma. Vive en Suiza desde 2004, pero nació en Irán en 1966 y vivió, en primera persona, la revolución islámica, la guerra contra Irak y, sobre todo, las vejaciones y limitaciones dispuestas por el gobierno a una mujer que reclama sin éxito su identidad y sus derechos.
"Al principio quería olvidar mi experiencia iraní y entrar en una sociedad como una pizarra en blanco. Pero mi pasado me atrapó como una avalancha", afirma esta licenciada en diseño gráfico en la facultad de Teherán, en una entrevista con EFE. Para huir del servicio militar obligatorio y encontrar una universidad -entre 1980 y 1983 las universidades estuvieron cerradas a causa de la llamada Revolución Cultural-, su hermano fue uno de los primeros en marcharse, pero cada día salían del país amigos y familiares de Parsua, que intentaban convencerla de que se fuera para no estudiar entre bombas.
Es una de las muchas experiencias que cuenta la autora en Nylon Road, un cómic ilustrado y escrito por ella, en el que "todo es autobiográfico", y que Norma Editorial acaba de publicar en España. "¿Si todo el mundo se va, quién se va a quedar?", pensó Parsua a los 18 años, cuando empezó a sentir el vacío que dejaban sus seres queridos y acusaba de egoístas a aquellos que no se esforzaban por "mejorar" Irán, como expresa en su libro. Eso justifica su renuencia a dejar el país que, más que por razones políticas, tuvo que ver con la incomprensión. Con su trazo inocente, cargado de sentimientos, explica que dejó Irán por algo "que no esperaba y por una relación".
Parsua se casó con un compañero de trabajo y, afirma, fue por error. Era "joven" y "apasionada" y pensó que su boda la alejaría de las estrictas leyes que le impedían tener vida social fuera de cuatro paredes. Pero se equivocó y su marido y el gobierno le arrebataron a su hija, porque divorcio y maternidad no son compatibles en Irán. Simpatizante comunista, estudiante de arte, madre, mujer divorciada e inmigrante, son algunas de las facetas que Parsua descubre en Nylon Road, un cómic narrado con ingenio en el que a la protagonista se le aparecen personajes reales de su vida en Irán y sus propios "yo" -niña, adolescente, adulta-, con los que dialoga y debate.
Se le ocurrió que esas conversaciones podrían ser "un buen marco de narración" para evitar una secuencia cronológica estricta y "tener más libertad", explica esta iraní de 42 años, que se enfrentó a un verdadero diálogo con su memoria cuando llegó a Zúrich en 2004. "Estamos hablando de dos planetas distintos", dice Parsua, que en el libro trata -más allá de su experiencia personal- el tema de la inmigración, aunque ella siempre prefirió llamarlo "migración". "Uno no puede olvidar sus raíces, aunque sí confundirse y perder el enfoque de uno mismo".
Pero Parsua Bashi se dio cuenta de que "es cuestión de adaptación, de reorientar los sentidos en otra dirección" y que, con el tiempo, "se aprende a traducir". Nylon Road se ha comparado a Persépolis, la obra de Marjane Satrapi que fue recientemente adaptada al cine en una película de animación. Parsua admite que es una "gran obra" y que eso "siempre inspira", pero asegura que "no hay que olvidar que Satrapi es una de muchas mujeres iraníes que, en los últimos años, han contado su historia en occidente". Contenta con la respuesta que ha tenido el cómic, publicado en alemán en 2006, prepara ahora un proyecto que se centrará en los prejuicios que fluyen, en ambas direcciones, entre Europa e Irán.
Autor: Mónica Faro (EFE)
Foto: Norma Editorial
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