El Ghali Echine y Bojmaa Akhalan embarcaron la noche del viernes junto a otras treinta personas en la patera que salió de Tarfaya rumbo a Lanzarote. El deseo de ambos de emprender una vida más próspera se hundió el pasado domingo a pocos metros de tierra en medio de un mar furioso que castigaba la abrupta costa de Los Cocoteros. Tenían 17 años y procedían de Assa, una pequeña ciudad del sur de Marruecos.Sus familiares residentes en Lanzarote ya han reconocido sus cuerpos a través de diversas fotografías que les facilitó la Guardia Civil el lunes en la zona donde se produjo el naufragio. Están realizando los trámites judiciales y del traslado de los cuerpos para repatriarlos a Marruecos y darles sepultura allí junto a sus allegados.
Qisse Mahmoud vive desde hace siete años en la Isla y es primo de El Ghali por parte de madre. La familia de este último lo llamó para comentarle que el joven se había embarcado en una barquilla rumbo a Lanzarote. No tenía trabajo en su país y quería ganar dinero aquí para ayudar a su madre y su hermana, menor que él. "Yo no sabía nada de que mi primo venía, así que me puse en contacto con la Guardia Civil para saber si había llegado. Fue muy duro ver su cuerpo. Una tristeza enorme", afirmó ayer emocionado Qisse.
Como Qisse, Maelainine Ikhlenen, de 25 años, perdió a su hermano Bojmaa Akhalni en la tragedia. Está destrozado y apenas puede articular palabra. Hacía varios días que sus padres no sabían nada de su hermano, por lo que decidieron telefonear a amigos del chico en Assa para saber de su hijo. Bojmaa, que era estudiante, no les había dicho que iba a emprender una viaje clandestino hacia Canarias. Ahora esperan su cadáver.Las comunidades marroquí y saharaui recaudan dinero en Lanzarote para costear el viaje de vuelta de sus compatriotas, que tiene un coste de unos 5.000 euros en cada caso. El Cabildo les ha ofrecido su apoyo.
Publicado en el diario La Provincia de Las Palmas
Autor: Aránzazu Fernández
Foto: Ángel Machín
No hay comentarios:
Publicar un comentario