Lleva 15 años de labor en Benin, uno de los países más pobres del continente africano. Por eso, el misionero canario Marcos Delgado es una de las voces más autorizadas para explicar las repercusiones que la actual recesión económica está provocando en el continente más pobre, Áfrca. "De lo primero que me di cuenta, antes de ir a África, era que mis compañeros eran mucho más felices allí que yo. Habían encontrado el sentido a su vida. Me marché a Benin y, tras años compartiendo mi vida con sus habitantes, hemos construido pozos de agua que aprovechan los poblados para regar sus campos y muchos problemas sanitarios se han podido paliar. Hoy, en Benin se ha producido una pequeña revolución, y es que sus gentes han comprendido que si reciben educación pueden ser dueños de su futuro. Antes, la gente no mandaba a los hijos a la escuela al pensar que perdían el tiempo; era mejor cultivar maíz. Este año construimos 6 escuelas", subraya.Marcos Delgado reconoce que "me entristece mucho ver que países como Estados Unidos desbloquean 700.000 millones de dólares para salvar a los bancos y nunca pasa lo mismo cuando se trata de salvar vidas humanas".
Y es que el mundo atraviesa por una coyuntura económica y financiera de crisis cuya resolución no parece atisbarse en los próximos meses o, incluso, podría perdurar a lo largo de los próximos dos o tres años. Sin embargo, son mayoría las personas que nunca han conocido más suerte que la precariedad total: educacional, sanitaria, alimentaria... Sufren la pobreza y el hambre endémica; sobreviven resignadas en tierras que soportan la etiqueta del subdesarrollo, o si se quiere, por aquella más hipócrita que las relega a un eterno "en vías de desarrollo".
La ONG española Manos Unidas ha cumplido 50 años, y hoy más que nunca, el manifiesto que fue firmado en 1955 y que se puso en práctica a partir de 1959, con su primera campaña asistencial en los países necesitados, se percibe "con toda rotundidad y crudeza como un texto de plena actualidad", según subraya Gracia Zárate, presidenta de la Delegación de Manos Unidas en la provincia de Santa Cruz de Tenerife, quien añade "que debemos continuar con la guerra que decidimos declararle al hambre, rechazando todo obstáculo por pequeño que sea; la suma de las ayudas pequeñas las convierte en una grandísima ayuda para quienes la necesitan".
Zárate ha señalado que este año esperan poder financiar un número de proyectos parecido al de años anteriores. "En 2008 llevamos a cabo 16 proyectos y, en 2009 tenemos la intención de mantener 15 ó alguno más". Todo dependerá de las ayudas que reciban por parte de manos particulares, de asociados y de las instituciones públicas. Sin embargo, y visto como ha terminado el año pasado, la presidenta ha advertido de que "a pesar de que faltan algunas auditorías por elaborar, lo cierto es que tenemos datos que apuntan a que las aportaciones de particulares han aumentado y prevemos que sigan en esta sintonía. En cambio, las ayudas de entidades, instituciones o administracio nes públicas han descendido, y mucho, y nos tememos que la situación económica actual paralice aún más los créditos".
Crisis
Los datos son tozudos y reflejan que Manos Unidas recaudó en 2007 un total de 62 millones de euros para 828 proyectos. En 2008 fueron 53,6 millones para 774.Cinco prioridades para salvarlosLos proyectos que asume Manos Unidas son obras que desarrollamos en plazos que pueden ir desde los 3 meses, un año o dos años. "Cuando asumimos un proyecto, adquirimos un compromiso con la población para llevarlo a término. Somos una ONG española que actúa en todo el mundo empobrecido: África, América, Asia y Oceanía, y cada vez con más dificultades porque vemos que los compromisos que muchos países adquirieron en 2000 al firmar el Tratado de los Objetivos del Milenio, o ayudar con el 0,7% del PIB, no se está cumpliendo. La UE alcanza un 0,23%. En cuanto a los Objetivos del Milenio, en el ecuador del programa, será muy difícil llegar a 2015 con la mitad de los objetivos cumplidos", señala Zárate.
"En Manos Unidas tenemos la confianza de seguir trabajando sobre 5 prioridades básicas como son la promoción educativa, sanitaria, de la mujer, agrícola y social. La primera de ellas es primordial porque estamos convencidos de que un pueblo sin educación no puede ser dueño de su propio desarrollo, es imprenscindible para el progreso de los pueblos.
Publicado en el diario La Opinión de Tenerife
Autor: M. Á. Autero
Foto: Unicef
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