Pieter-Dirk Uys es hombre por biología pero mujer por reputación. Nació hace 63 años en una familia afrikáner, la tribu blanca que inventó el apartheid, pero la misión de su vida ha sido combatir el racismo. Como cómico, choca permanentemente contra los puntos más sensibles de la corrección política, pero acaba de crear su propio partido y competirá en las elecciones generales que se celebrarán en Suráfrica el año que viene. Es gay y dedica su vida fuera del escenario a la educación sexual para niños y niñas pobres con el fin de evitar que contraigan el sida, enfermedad que ha diezmado la población negra surafricana.
Comemos en su pequeño teatro restaurante, anteriormente la estación de ferrocarril de Darling, el bien nombrado pueblo donde vive, a una hora de Ciudad del Cabo. Después del almuerzo se retirará a su vestuario y se vestirá de mujer, se convertirá en Evita Bezuidenhout, la cincuentona coqueta que creó hace 20 años y con la que se han fotografiado, cómplices y sonrientes, Nelson Mandela y Desmond Tutu. Afortunadamente, los dos pillan la broma. Porque Evita – imagínense la típica señora de clase media alta de tiempos del franquismo trasladada a la Suráfrica del apartheid – es la expresión satírica más mordaz del fácil, ignorante racismo en el que se apoyó el sistema de discriminación racial más eficiente del siglo XX.
Uys fluctúa permanentemente entre la carcajada, la sonrisa pícara y la más grave seriedad. “Uso en el escenario un muñeco de Thabo Mbeki [presidente de Suráfrica hasta septiembre], pero me cuesta reírme de verdad. Porque es un genocida. No exagero”. Quiere decir, explica, un genocida por omisión. “Empecé a dar clases de educación sexual a los niños en 2002, justo después de que Mbeki negara una conexión entra el VIH y el sida. Debido a su estúpida y cruel negligencia cientos de miles han muerto de manera innecesaria”.
Uys ha hablado de sexo ante 1,6 millones de niños en los últimos seis años pero los colegios, en los lugares más remotos del país, no dejan de pedir que vuelva. “Es que los niños se lo pasan bien. No hablamos de animalitos y cosas así. Uso la palabra follar porque todos se la conocen y porque se parten de la risa al oírla en boca de una persona mayor; y tampoco les digo que se abstengan, o que el sexo es feo. Les digo que está muy rico y a disfrutarlo, pero que sea siempre seguro…”. De paso les habla de política. “Miro al niño más tímido, más pequeñito del grupo, y le digo: ‘¿Sabes lo que es la democracia? La democracia es que tú eres la persona más importante del mundo”.
Igual que ridiculizó a los amos blancos durante la segregación, vigila hoy, con la misma intensidad cómica, a los gobernantes negros. Por eso decidió en octubre fundar un nuevo partido, The Evita People’s Party. No pretende ganar ningún escaño, pero sí aspira a convencer a la gente a salir a votar y “a celebrar nuestra diversidad”. Porque, insiste Uys con una amplia sonrisa, hay mucho que celebrar. “Cada vez que paso por un colegio y veo a niños blancos y negros jugando juntos recuerdo lo inconcebible que me hubiera sido esta imagen hace sólo 20 años y me dan ganas – y a Evita también, si es honesta – de dar un grito de alegría”.
Publicado en el diario El País
Autor: John Carlin
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