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martes, 4 de noviembre de 2008

Doce vehículos de la ONU con ayuda humanitaria han llegado a las regiones de la República Democrática del Congo controladas por los rebeldes, mientras las ONG advierten de la crisis humana que se perfila en la zona. El convoy transporta principalmente medicamentos y productos químicos para potabilizar agua, pero no alimentos. Pese a este envío de ayuda, las condiciones en los campamentos de refugiados son "horribles", según ha denunciado Caritas. Debido a los continuos combates, desde principios de octubre los cooperantes no habían conseguido acceder a los refugiados, muchos de los cuales -60.000 según Unicef-, son menores.Unicef también ha denunciado el reclutamiento de algunos de estos niños como soldados, por parte de los rebleds mai mai, en la provincia de Kivu Norte.

Los equipos que han viajado en el convoy de Naciones Unidas a la población de Rutshuru, capturada por los rebeldes tutsis la semana pasada en la provincia Kivu Norte, han encontrado los campos de refugiados, donde vivían al menos 50.000 personas, derruidos y desiertos. "Todos los campos estaban vacíos. Todos se han marchado. Todos los albergues fueron destruidos (...) no queda nada", ha declarado Francis Nakwafio Kasai, agente de campo de la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA).

Cruz Roja, que atiende a unos 20.000 desplazados en el campo de Kibati, a escasos kilómetros al norte de Goma, ha calificado la situación de "catastrófica". En este mismo campo, hay cerca de 7.000 personas viviendo en tiendas hechas de lona y hojas de bananera, según Intermón Oxfam. Las agencias humanitarias intentan localizar y ayudar decenas de miles de desplazados que están vagando sin protección, en busca de cobijo, comida, agua y atención médica. Alrededor de 250.000 personas fueron expulsadas de sus hogares en los últimos dos meses y unas 55.000 huyeron hacia la región de Minova, aunque parte de estas familias están regresando a sus hogares.

La semana pasada, combatientes del general rebelde Laurent Nkunda atacaron a los soldados del gobierno en los alrededores de Goma, la capital de la convulsa provincia de Kivu. Su ofensiva desató una huida masiva de la ciudad. Por el momento, el alto el fuego unilateral proclamado por Nkunda continúa. Éste argumenta su lucha con la defensa del pueblo tutsi y acusa al ejército congoleño de apoyar a las milicias hutu, que en 1994 huyeron del genocidio en Ruanda y se refugiaron en el Congo. El antiguo régimen hutu, derrocado por el actual presidente de Ruanda Paul Kagame y su Frente Patriótico de Ruanda, asesinó en 100 días a 800.000 tutsis y hutus moderados. El gobierno congoleño acusa a Ruanda de apoyar a los rebeldes de Nkunda, lo que Ruanda rechaza. Entre tanto, los ministros europeos de Relaciones Exteriores analizaron la situación durante su reunión en Bruselas, tras el llamamiento de Oxfam a la UE para que enviara tropas al Congo.

El ministro francés Bernard Kouchner exigió un despliegue más eficaz de la misión de la ONU, argumentando que de los 17.000 cascos azules sólo 800 se encuentran en la zona en conflicto. Kouchner, cuyo país ejerce la presidencia de turno de la Unión Europea señaló que "la UE está dispuesta a ayudar", pero su propuesta de enviar una misión humanitaria no logró el consenso del resto de países del bloque. Por su parte, Naciones Unidas ha nombrado al ex presidente nigeriano Olusejun Obasango como nuevo mediador, para buscar una solución negociada al conflicto.

Publicado en el diario El Mundo
Foto: AP

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