El pasado mes de septiembre, las aguas de las costas de la Vega Baja alicantina se convertían en escenario de macabros hallazgos, con la aparición, durante la semana, de seis cadáveres en avanzado de descomposición, procedentes del naufragio de una patera. Sus restos llevan cuatro meses en una nevera del Tanatorio de la Siempreviva esperando que alguien los reclame o puedan ser identificados. En breve, el juez ordenará que sean inhumados -que no incinerados, como ayer informaba el diario argelino El Khabar-.
Ese diario señalaba que la asociación argelina de personas desaparecidas en el mar denunciaba que en Alicante se encontraban 600 cuerpos sin vida, que iban a ser incinerados por las autoridades españolas, por lo que solicitaban a su Gobierno que pidieran la repatriación para enterrarles. Según fuentes cercanas al Instituto de Medicina Legal de Alicante, este dato es erróneo, ya que legalmente es imposible incinerar a personas sin identificar.
El protocolo a seguir es en primer lugar realizar la autopsia y demás pruebas para su identificación, y remitir el informe al juez, que es quien debe ordenar el enterramiento en un nicho bien identificado por si fuera necesario posteriormente su exhumación. El error también afecta al número, ya son seis y no 600 los cuerpos en Alicante.
Publicado en el diario ABC
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