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domingo, 7 de junio de 2009

Un estrecho alfombrado de cadáveres sin nombre

"Si un día pudiéramos desecar el mar entre África y Canarias y entre Marruecos y España nos encontraríamos un suelo plagado de cadáveres". Así se expresaba un teniente de la Guardia Civil que tripulaba una lancha de rescate con base en Canarias hace un par de años durante unos ejercicios en Málaga. Aunque la cifra de inmigrantes irregulares interceptados en patera o en cayuco ha descendido por la doble influencia de la mayor vigilancia marítima y de la ayuda al desarrollo de los países emisores, las tragedias siguen sucediéndose. Las estadísticas oficiales señalan que en aguas españolas se rescataron entre 2004 y junio de 2008, últimos datos disponibles, un total de 180 inmigrantes muertos.

La desaparición el pasado jueves de entre 22 y 40 personas, de origen subsahariano, al volcar la lancha neumática con la que pretendían llegar a Tarifa (Cádiz) desde Tánger (Marruecos), es una de las tragedias más terribles que se han vivido en unas aguas acostumbradas al drama. El naufragio con mayor número de víctimas, ocurrió el 25 de octubre de 2003 frente a las costas de Rota (Cádiz). Un golpe de mar producido por unas condiciones meteorológicas muy adversas hizo volcar la lancha neumática en la que viajaban 50 personas y provocó la muerte de 37 inmigrantes, cuyos cadáveres fueron rescatados durante las dos semanas siguientes. En esa ocasión, los equipos de Salvamento Marítimo tardaron 52 minutos en enviar ayuda a los náufragos, aunque la juez archivó el caso por la posible negligencia. Quien sí fue condenado, a 40 años de prisión, fue el ayudante del patrón de la embarcación, Hamid Echokhch, de nacionalidad marroquí.

La implantación del Servicio Integral de Vigilancia Exterior (SIVE) en la zona del Estrecho, obligó a los inmigrantes a tomar rutas más largas, y más arriesgadas, para alcanzar España. El pasado julio los 33 exhaustos ocupantes de una patera relataron cómo, tras quedarse sin agua ni comida, tuvieron que arrojar ellos mismos al mar a 15 compañeros de viaje, muchos de ellos bebés, que murieron de sed durante la travesía. Algunas de estas desgracias están teñidas de confusión. En mayo de 2008, los supervivientes de un naufragio frente a las costas de Alhucemas (Marruecos), acusaron a los agentes de la Marina marroquí de acuchillar hasta hundir la zodiac en la que pretendían llegar a Almería. En esa ocasión murieron, según los testigos, un total de 29 inmigrantes subsaharianos.

La llegada de las últimas pateras ha colapsado ya los centros de internamiento de extranjeros, las instalaciones de régimen semicarcelario donde se retiene a los inmigrantes irregulares como paso previo a su devolución a sus países de origen. El CIE de Algeciras, con capacidad para 190 ó 200 personas, cuenta ya con 223 mujeres internas. El de la Isla de Las Palomas, en Tarifa, también está al límite, lo que ha obligado a trasladar al CIE de Málaga a algunos inmigrantes.

Publicado en el diario El País
Autor: F. J. Pérez
Foto: Juan Medina

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