Estadísticas

Buscar este blog

lunes, 28 de septiembre de 2009

“Nunca habrá un experimento que diga si Dios existe o no”

Sacerdote, teólogo, filósofo y astrofísico, el padre Manuel Carreira es uno de los científicos más destacados de la Iglesia católica. No en vano, es miembro del Observatorio Vaticano y lleva casi medio siglo impartiendo su magisterio en las principales universidades españolas y americanas. Nacido en la misma localidad que dos ilustres como Manuel Fraga y monseñor Rouco Varela, en Villalba (Lugo), esta semana ha participado en unos cursos en el Seminario Diocesano de Tenerife, donde dialogó de lo humano y lo divino con DIARIO DE AVISOS.

- En su caso, ¿qué fue antes, el sacerdocio o la ciencia?
Mis superiores me pidieron que me preparase una carrera de Ciencias, como base para luego dar clase de Filosofía de la Naturaleza o, como se titula el libro que escribí para mis alumnos, Metafísica de la Materia. A mi siempre me había gustado la ciencia, e incluso cuando niño fabriqué un pequeño telescopio en casa. Hice un máster en Física en Cleveland y luego un doctorado en Astrofísica en Washington, pero después de haberme ordenado de sacerdote, también en Estados Unidos, a donde me marché en 1957 y viví casi 30 años.

- Los conocimientos que fue adquiriendo, ¿le hicieron cuestionarse en algún momento su vocación?
El hecho de estudiar ciencia no significa que tengas que cuestionarlo todo. Lo que pasa es que la gente hoy en día tiene una idea poco concreta de lo que es la ciencia. La ciencia sólo es el estudio de la actividad de la materia, nada más. Si algo no se puede comprobar en un experimento, no puede hablar de ello la ciencia. Por lo tanto, la ciencia no puede decir si existe o no Dios, porque no puede hacer un experimento que conteste a esa pregunta. Como tampoco puede hablar de qué valor literario tiene El Quijote o de si está bien o mal darle una patada al vecino, por ejemplo. La ciencia es un modo de conocer muy valioso en su campo, pero muy limitado, porque no puede decir acerca de todo lo que es importante en la vida humana, que es responsabilidad de la ética, del destino del hombre y la misma actividad intelectual humana.

- Sin embargo, históricamente siempre ha existido conflicto entre ciencia y fe...
No puede haber conflicto porque son cosas distintas. Lo que pasa es que mucha gente que habla como científicos introducen puntos de vista que son previos a la ciencia, que son prejuicios filosóficos, que son puntos de vista ético o teológicos y los quieren presentar como parte de su conocimiento científico, y eso es totalmente equivocado.

- Entonces, ese divorcio no tiene una base histórica, ¿no?
Es que ese divorcio es una mentira. Por ejemplo, los que mantuvieron toda la ciencia de Grecia fueron los monjes, con sus manuscritos; el primero en establecer la base del método experimental fue San Buenaventura; las bases de la astronomía moderna nos la dio Copérnico, que era un canónigo polaco; los jesuitas de Roma hicieron mejores telescopios y le corrigieron ideas al propio Galileo; el padre Secchi es el fundador de la Astrofísica moderna, con la clasificación de las estrellas; Mendel, que sentó las bases de la genética moderna, era agustino,... Por tanto, la tradicional oposición entre ciencia y fe no tiene ninguna base histórica. Ha habido científicos muy buenos y muy creyentes, como Newton, que escribió más de Teología que de Física. Le repito que la ciencia es una manera muy restringida de hablar sólo de la actividad de la materia, y todo lo demás queda fuera. Querer explicar todo en términos científicos es absurdo, como dijo el propio Einstein. Del mismo modo, tampoco la Biblia me va a enseñar si el universo es grande o pequeño, o si comenzó caliente o frío, porque no le toca a la Teología decir nada acerca de la materia o de cómo se desarrolla la evolución del universo. Son niveles distintos de conocimiento, cada uno con una metodología propia.

- Según entiendo, ¿ciencia y fe pueden ser complementarias?
Claro. Ninguna basta por sí sola.

- Al igual que ocurre con muchos científicos, que se oponen sistemáticamente a todo lo que viene dado por la fe, ¿cree usted que la Iglesia también se opone por sistema a todo lo relacionado con la ciencia?
La Iglesia nunca se ha opuesto nunca a nada científico, y estoy harto de que se digan cosas como que la Iglesia declaró hereje a Galileo y lo metió en la cárcel de la Inquisición y le torturó; todo eso es cuento. Galileo no pasó un minuto en la cárcel, ni nadie le tocó un pelo. El único castigo que se le impuso fue que dijese unas oraciones cada día y que estuviera en su casa. De hecho, murió declarándose hijo fiel de la Iglesia, con bendición Papal, asistido por una hija religiosa. La Iglesia jamás ha dicho que una doctrina científica sea falsa. Por ejemplo, a Galileo lo que se le dijo es que él no podía demostrar científicamente que la Tierra se mueve, por lo tanto no podía decirle a los teólogos cómo debían interpretar la Biblia, porque eso es algo que les tocaba a ellos. Una teoría científica, en lo científico, puede ser admisible. Por ejemplo, la evolución es un hecho, pero no es científicamente correcto dar como respuesta científica que esa evolución es por azar, porque el azar no es una causa física, nunca explica nada. Por tanto, no se puede afirmar que el hombre, en su totalidad, ocurre por azar, se está saliendo del campo científico.

- El azar, en ese sentido, sería ese ‘ser superior’ a la materia....
La Iglesia dice que en el hombre hace falta reconocer una realidad superior a la materia. Y lleva toda la razón, porque la materia, en Física, sólo puede describirse por su actividad, y sólo hay cuatro maneras de actuar de la materia reconocidas por la propia Física: las fuerzas gravitatoria, electromagnética, nuclear fuerte y nuclear débil. Ninguna de ellas puede explicar, por ejemplo, una poesía, el desarrollo de la matemática pura o el sentido del deber. Por tanto, no hay ninguna prueba científica de que todo es evolución por azar para dar lugar al hombre. Ninguna ley física puede determinar el contenido de información.

- Pero la fe, a diferencia de la ciencia, no se asienta en parámetros lógicos, porque le da credibilidad a algo que no se ve...
La palabra fe, primariamente, significa conocimiento recibido de otros, y todo lo que yo sé lo he recibido de otros, prácticamente. Por ejemplo, en todo el mundo científico no hay nadie que entienda la mecánica cuántica o la relatividad, y esto lo dice un premio Nobel, Richard Friman. Entonces, ¿por qué la aceptamos? Pues porque hay una serie de experimentos que dan una serie de resultados. No se entiende, pero la materia funciona así. Algo parecido ocurre en el sentido religioso, que hay datos históricos y testimonios de personas dignas de crédito, que dan certeza al hecho de que Cristo existió e hizo milagros que demostraban que venía con autoridad divina. Por tanto, tengo una razón lógica para decir que debo tomar en serio lo que Cristo nos dice, aunque no lo entienda; porque si no entiendo la mecánica cuántica, que es de la materia, ni me entiendo a mí mismo, sería muy absurdo pensar que todo lo que es Dios lo voy a entender. Debo aceptar a quien sabe más que yo, cuando estudio Física y cuando me habla de Dios alguien que sabe más que yo sobre Él, como es Cristo. La fe no es irracional, sino un obsequio racional, porque se basa en testimonios de quienes son dignos de creer, y eso es lo mismo que permite que avance la cultura humana en todos los aspectos.

- ¿Cree que se podrá llegar a demostrar científicamente la existencia de Dios?
No, porque nunca habrá un experimento que diga si Dios existe o no. Lo único que se puede decir científicamente es que no hay razón científica que pueda explicar el por qué existe el universo, pero existe, y no existía antes. Ahí es donde entra la cuestión metafísica, que va más allá de la física, porque antes no había universo, no había nada de orden material. Y esa razón de orden no material es lo que la Filosofía y la Teología llaman un ‘Creador’ no material.

- Realmente, la teoría del Big Band tiene mucho de divino, ¿no es así?
Bueno, en cuanto a que nos obliga a decir por qué comienza a existir el universo, sí, porque nos lleva más allá de lo que puede explicar la ciencia. Los datos científicos me obligan a ir más allá de lo que es comprobable en un experimento, y eso es lo que nos da razones filosóficas y teológicas sobre lo divino, que debemos usar como complemento a los datos científicos.

Publicado en el Diario de Avisos (Tenerife)

No hay comentarios: