El cadáver del inmigrante marroquí que llegó muerto en una patera que alcanzó el sur de Tenerife el pasado 31 de agosto está a la espera de ser repatriado, porque se ha podido localizar a su familia, gracias a que esa persona portaba su pasaporte.
De las cinco personas de origen marroquí que componían la pequeña expedición de esa patera, tres llevaban encima la documentación acreditativa, algo inusual entre los miembros que salen desde África en patera o cayuco. Precisamente, una de las personas que estaba documentada fue la que llegó cadáver.
La Guardia Civil dio traslado de la filiación de esa persona al Consulado de Marruecos, situado en Las Palmas, para iniciar los trámites de localización de su familia. Tras la investigación, con resultado positivo, los familiares han reconocido al fallecido y el juez autorizó, el pasado sábado, la salida del cadáver del Instituto Anatómico Forense de Santa Cruz de Tenerife, para llevar a cabo su repatriación.
La Funeraria Mémora recogió al inmigrante difunto para realizar su devolución a su país de origen. A los investigadores les causa extrañeza que algunas personas intenten acceder a Canarias por una vía de acceso irregular llevando su pasaporte y también sorprende que una patera alcance la provincia occidental.
Esta embarcación fue avistada por unos campistas cuando se encontraba muy cerca de la costa, en la zona de la Cueva del Trigo, en Granadilla, y no fue detectada por el SIVE tinerfeño, porque el radar que cubre ese espacio estaba averiado. La patera llegó cuando amanecía y se pudo guiar por la luz roja de una estación de Unelco cercana.
Publicado en el diario El Día (Tenerife)
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