Las leyes afganas no protegen a las víctimas de violación y durante demasiado tiempo las comunidades han recurrido a formas tradicionales de justicia que penalizan a las víctimas de un problema de gran profundidad, según Naciones Unidas. El informe de la ONU, cuya versión completa aún debe ser publicada, describió la violación como algo que ocurre diariamente. "Este es un tema del que se informa poco y de forma significativa se oculta, pero es un gran problema en Afganistán", ha afirmado Norah Niland, representante de derechos humanos de Naciones Unidas en Afganistán, ante un comité de mujeres afganas.
"Quienes cometen las violaciones son frecuentemente miembros cercanos de la familia, hombres que trabajan en prisiones u orfanatos y varones en puestos poderosos o bien en instituciones gestionadas por el Estado inmunes al arresto o en grupos armados y bandas delictivas", ha subrayado Niland. El informe también revela que en muchos países, la vergüenza recae sobre la víctima en lugar de sobre el delincuente. Las familias recurren a menudo a prácticas tradicionales y religiosas para salvar el honor como insistir en que la víctima se case con el violador o juzgarla por mantener relaciones sexuales fuera del matrimonio.
Naciones Unidas reclama al Gobierno afgano un análisis urgente del código penal del país, pues no aborda explícitamente el delito de violación ni lo define. De hecho, la legislación actual trata el adulterio y la violación como delitos iguales. Las conclusiones del estudio recomiendan también no utilizar las reuniones de comunidades y consejos tradicionales, como las jirgas o shuras, para abordar los casos de violación puesto que no respetan los derechos de la mujer.
Violencia hacia las funcionarias
El aumento del nivel de violencia contra las mujeres con cargos públicos en Afganistán también es otra tendencia alarmante destacada por el último informe realizado por la Misión de la ONU en el país asiático y por la Oficina del Alto Comisariado de Derechos Humanos. "El limitado espacio que se abrió para las mujeres afganas tras la caída del régimen talibán está en constante ataque, no sólo por los propios talibanes, sino por las profundamente arraigadas costumbres culturales, a pesar de los avances significativos realizados a nivel institucional", señala en el texto la Alta Comisionada para los Derechos Humanos, Navi Pillay.
A pesar de la cuota del 25% de los escaños para las mujeres, la mayoría de las féminas no van a presentarse a las elecciones a la Asamblea Nacional del 2010 debido a las amenazas de muertes que reciben repetidamente. "Es extremadamente importante tener mujeres en la arena política y los talibanes y otras fuerzas parecen determinadas a llevar al país hacia la edad de piedra" señaló Pillay.
Publicado en el diario El Mundo
Foto: EFE
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