En cualquier país occidental, Mazen Abdul Jawad sería el típico conquistador con mal gusto pero insistente y, ante todo, orgulloso de su condición de macho. Seguramente por eso, aceptó de buen grado participar en el polémico programa La atrevida línea roja, del canal libanés de televisión LBC, para hablar de sexo. Pero Jawad no es europeo sino saudí, y en su país sacar semejante tema de conversación es, sencillamente, delito. De ahí que el joven haya sido detenido por "promover el vicio" y admitir, mediante su gráfico testimonio, que ha mantenido relaciones sexuales fuera del matrimonio.
El saudí debería haber sido consciente del gran seguimiento que existe en su país hacia este espacio televisivo, pero eso no le frenó a la hora de quebrar el principal tabú de Oriente Próximo desde su propia casa. El programa fue emitido el pasado 15 de julio, y en él Mazen se expresaba con todo lujo de detalles. Explicó los comienzos de su vida sexual con sólo 14 años, habló de cómo conquistar y mantener relaciones completas con mujeres en un país donde la segregación sexual es absoluta y donde confraternizar con una mujer que no es de la familia implica castigos para ambos, e incluso compartió sus trucos sexuales con los espectadores.
El escándalo originado en Arabia Saudí por la emisión del espacio fue tan colosal que su detención no se demoró más de una semana. El diario online Arab News publicó hace dos días la noticia del arresto del joven, de 32 años y empleado de Saudi Airlines, quien será previsiblemente juzgado por admitir haber mantenido sexo prematrimonial así como por presumir de ello, según responsables saudíes. "Es equivocado invitar a gente en la televisión para hablar públicamente de vicios y de cuestiones contrarias a nuestra religión", afirmó Ahmad Qasim Al Ghamdi, director de la Comisión para la Promoción de la Virtud y la Prevención del Vicio en la ciudad santa de Meca.
Publicado en el diario El Mundo
Autor: Mónica G. Prieto
Foto: AP
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