Quería mejorar su vida, como tantos otros subsaharianos. Moussa Fall abandonó las finas arenas de las playas de Dakar en un cayuco, con destino a las Islas Canarias. Le acompañaba su amigo Tioliane Sarr con el que ahora comparte piso en Calp junto a otro compatriota, Abdel Kader Seck. Con 25 años este sin papeles se jugó la vida el pasado jueves lanzándose a un embravecido mar para evitar que un niño se ahogara.
El menor fue rescatado con la ayuda del joven senegalés, pero peor suerte tuvo su compañero de juegos en el mar, de 13 años y de nacionalidad alemana, que se hundió en las aguas tras los intentos de un bombero de mantenerlo a flote. Todavía sigue desaparecido. Moussa pudo escapar de las olas y, junto a tres bomberos, acabó en el hospital de Dénia, donde le asistieron por una disnea (dificultad para respirar).
El fin del verano ha sido duro para estos vendedores ambulantes. El día del temporal Moussa y Abdel se encontraban en el paseo marítimo intentando vender sus productos a los últimos turistas de la temporada. Abdel, explicó en francés, que vieron a un hombre que hacía gestos de socorro y de inmediato se acercaron al mar. "Le dije a Moussa que había visto una cabeza que se sumergía y él me contestó que no era posible. Entonces miramos fijamente y al momento emergió de nuevo." Moussa no se lo pensó dos veces y se lanzó sobre las olas que impactaban con fuerza contra el espigón de la playa de l'Arenal-Bol. "En Dakar me he criado junto al mar", señaló el joven inmigrante que, entristecido por todo lo ocurrido, revivió aquellos instantes de pánico. "Lo cogí con un brazo, pero pesaba mucho para mi". Aun así, logró acercarlo hasta las rocas del espigón donde los bomberos ya habían acudido para realizar el rescate.
Golpe de mar
"Cuando estaba llegando, un fuerte golpe de mar nos separó", recordó Moussa. El bombero, desde el espigón, se ofreció para ayudarle. "Le dije que fuera a por el niño, que yo podía salir." Los dos lograron salvar la vida con la colaboración del operativo de salvamento.Abdel analizó el heroico acto de su amigo. "Si en vez del niño en el mar hubiera estado Moussa, estoy seguro de que un ciudadano alemán o español habría hecho lo mismo por salvarle la vida."Ayer, en su piso compartido del centro de Calp, Moussa Fall bebía agua en abundancia y jugaba con su videoconsola de bolsillo. Tras reponer fuerzas volverá al paseo marítimo a la búsqueda de clientes.
Publicado en el diario Levante
Autor: Vicent X. Contrí Calp
Foto: Tino Calvo
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