«Yo no soy sacerdote. Soy un hermano, de los que lavan el suelo y limpian los platos», bromea Isidoro Macías, más conocido como el Padre Patera. Sus palabras no están exentas de fundamento. Lleva dedicándose a ayudar a los demás desde que realizó el servicio militar en Tánger, donde se inició con prostitutas y alcohólicos. Hace unos 20 años se instaló en Algeciras donde, con otros cuatro frailes, atiende un centro para ancianos y un albergue para inmigrantes, sobre todo, mujeres embarazadas y niños pequeños. Ayer contó su experiencia en Manlleu y hoy lo hace en Vic (parroquia del Remei, 20.00 h).
–Su casa ya ha sido escenario de unos cuanto partos...
–Hemos ayudado a parir a más de 200 mujeres..., y me quedo corto.
–¿Por qué una mujer embarazada se sube a una patera?
–Es lo que me pregunto yo. Y se lo pregunto a ellas, pero no me responden. Las mafias las engañan. Ven a Europa, que podrás trabajar, vivir bien, mandar dinero a casa...
–¿En qué estado llegan?
–Muy disminuidas físicamente. Algunas no pueden dar ni un paso. Pero dan gracias a Dios porque han llegado a la tierra prometida.
–Y encuentran al Padre Patera.
–Les damos compañía, que no se sientan rechazadas. Les proporcionamos ropa, ducha y comida y las llevamos al pediatra. También nos ocupamos de la tarjeta sanitaria para los niños y de la tramitación de papeles para obtener la residencia, muy difícil en estos momentos.
–Las ha visto de todos los colores...
–Una noche me llamó una chica. «Gloria, baby», dijo. No hice caso. Al cabo de media hora me volvió a avisar. El recién nacido ya estaba en el suelo. Cuando llegó la enfermera me metió una bronca porque no había cortado el cordón umbilical. ¿Qué iba a cortar si estaba muerto de miedo? Lo pasé fatal.
–Con la crisis, ¿llegan menos inmigrantes?
–¿Crisis? En África siempre ha habido crisis. En el Estrecho hay menos tráfico porque la policía ha instalado un aparato que detecta cualquier patera. Pero no hay problema, las mafias se desvían hacia Granada, Almería o Murcia. Los inmigrantes continúan viniendo a trabajar, a hacer las tareas que no queremos hacer los españoles.
–¿Qué le diría a una embarazada que va a subirse a una patera?
-Que no venga. Pero no la voy a convencer, vienen a piñón fijo.
Publicado en El Periódico de Catalunya
Autor: Pere Pratdesaba
Foto: EFE
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