Algunas más receptivas, otras con desconfianza, pero todas con miedo a que su proxeneta o «mi amigo» les esté vigilando. Así recibieron ayer las prostitutas a Mónica y Diana, agente social y psicóloga, respectivamente, de Amunod. La Asociación de Mujeres de la Noche Buscando el Día inició un plan de actuación en las calles del centro de Alicante que tiene como objetivo final erradicar la prostitución a través de la reinserción de las mujeres. Una labor que desde la ONG reconocen que será complicada, pero no imposible.
Mónica es un buen ejemplo. Salió hace diez años del mundo de la noche y fue la encargada de iniciar ayer un primer contacto, mientras agentes de la Policía Local se pasean por la zona. Sin titubear y acompañada por Diana se acercó a una prostituta para entregarle una guía con recursos disponibles y el teléfono de Amunod.
«Hay que ser directa. O vas al grano o empiezan a desconfiar. La chica me ha dicho ya no creía en nada y le he explicado que yo también estuve en la noche y que he podido salir. Se ha mostrado receptiva y ha cogido el teléfono», explica Mónica tras mantener una conversación de poco más de cinco minutos con una española que esperaba a un cliente. El rostro de la prostituta mostraba más edad del que en realidad tendría. Algo lógico porque «están machacadas psicológicamente», apunta Diana.
Con sólo un ojeada, Mónica es capaz de conocer la vida por la cada joven está soportando. Por este motivo se ha convertido en la agente social de un programa que le obliga a enfrentarse a su pasado, a sus noches de clientes, de abusos, y a un mundo donde se gana «dinero rápido, pero nunca fácilmente». Estuvo en la prostitución de alto standing, ejerció en hoteles y ayer vio a alguna antigua compañera en la calle.
Una joven rumana empieza a escucharlas, pero a los pocos segundos les ruega que se marchen. «Ahora no puedo que viene mi amigo». Un hombre, de entre cuarenta y cincuenta años, se le acerca. «He visto su cara de terror», afirma Diana. La agente social comenta la cicatriz que tenía en el cuello y explica que «en la calle es muy difícil ir por libre; todas están controladas» por proxenetas, mafias y las drogas, pero «ésta -en referencia a la joven rumana- nos buscará», dice convencida mientras continúa con la ruta marcada. Durante los próximos dos meses seguirán patrullando el centro de la ciudad.
Publicado en el diario La Verdad (Alicante)
Autor: E. B.
Mónica es un buen ejemplo. Salió hace diez años del mundo de la noche y fue la encargada de iniciar ayer un primer contacto, mientras agentes de la Policía Local se pasean por la zona. Sin titubear y acompañada por Diana se acercó a una prostituta para entregarle una guía con recursos disponibles y el teléfono de Amunod.
«Hay que ser directa. O vas al grano o empiezan a desconfiar. La chica me ha dicho ya no creía en nada y le he explicado que yo también estuve en la noche y que he podido salir. Se ha mostrado receptiva y ha cogido el teléfono», explica Mónica tras mantener una conversación de poco más de cinco minutos con una española que esperaba a un cliente. El rostro de la prostituta mostraba más edad del que en realidad tendría. Algo lógico porque «están machacadas psicológicamente», apunta Diana.
Con sólo un ojeada, Mónica es capaz de conocer la vida por la cada joven está soportando. Por este motivo se ha convertido en la agente social de un programa que le obliga a enfrentarse a su pasado, a sus noches de clientes, de abusos, y a un mundo donde se gana «dinero rápido, pero nunca fácilmente». Estuvo en la prostitución de alto standing, ejerció en hoteles y ayer vio a alguna antigua compañera en la calle.
Una joven rumana empieza a escucharlas, pero a los pocos segundos les ruega que se marchen. «Ahora no puedo que viene mi amigo». Un hombre, de entre cuarenta y cincuenta años, se le acerca. «He visto su cara de terror», afirma Diana. La agente social comenta la cicatriz que tenía en el cuello y explica que «en la calle es muy difícil ir por libre; todas están controladas» por proxenetas, mafias y las drogas, pero «ésta -en referencia a la joven rumana- nos buscará», dice convencida mientras continúa con la ruta marcada. Durante los próximos dos meses seguirán patrullando el centro de la ciudad.
Publicado en el diario La Verdad (Alicante)
Autor: E. B.
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