La sociedad avanza a pasos agigantados; el tiempo devora segundos y minutos sin que podamos darnos cuenta, y el progreso se abre camino de manera irremediable. Sin embargo, en medio de toda esta vorágine aún hay personas que, amparadas en su fe y su devoción, miran al mundo desde la distancia, velando continuamente por él. Son las monjas de clausura, como las hermanas Clarisas, que suman ya más de cinco siglos asentadas en el municipio de La Laguna.
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