"Nuestra tragedia no es fruto de una maldición del destino, tiene responsables y políticas que la originan y la mantienen". Son palabras del pastor Willy Bayanga, presidente del Consejo de migrantes subsaharianos de Marruecos, que junto con más de un centenar de personas ha recordado esta mañana en la frontera con Ceuta a las víctimas de los asaltos a las vallas entre 2005 y 2006."Los sin papeles también son seres humanos" o "No más muertes en el Estrecho" son algunas de las proclamas que han lanzado los manifestantes, de asociaciones marroquíes como Pateras de la Vida, la red Chabacka o la Asociación Marroquí de Derechos Humanos, a las que se ha unido la española Pro Derechos Humanos de Andalucía.
Su presidente, Rafael Lara, ha recordado que sólo entre septiembre y octubre de 2005 murieron al menos 14 personas, cinco a tiros, en su intento por saltar las vallas que separan Marruecos de España. Jóvenes, ha insistido el responsable de Pro Derechos Humanos de Andalucía, que "perdieron la vida cuando huían de la guerra, la miseria y de un futuro sin perspectivas en sus países de origen".
Abusos y maltratos
Fiston Massamba, del Consejo de Migrantes, ha denunciado las políticas migratorias de Marruecos y España. "Hemos sido heridos, maltratados, deportados y abandonados en el desierto". Ahora, ha dicho, el aumento de los controles y las crisis "nos han dejado bloqueados en Marruecos, malviviendo sin prácticamente recursos y sometidos a las redadas de la policía y el racismo de muchos marroquíes hacia nosotros".
En estos momentos, más de tres mil subsaharianos continúan en Marruecos a la espera de una oportunidad para dar el salto a España. "Sólo 300 de ellos tienen reconocida su condición de refugiado por el Acnur", ha señalado Willy Bayanga al tiempo que precisa que "Marruecos viola sistemáticamente sus obligaciones en el respeto de nuestros derechos".
Massamba va más lejos: "Necesitamos solidaridad y justicia, venimos de un continente sin esperanza, marginado y al que le han robado el futuro; estamos ante una tragedia humana insoportable". Una tragedia que, según la Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía, se ha cobrado desde 1988 más de veinte mil muertos en el Estrecho, el Atlántico y las fronteras terrestres que separan Marruecos de España. Y cuyo último capítulo se produjo hace menos de un mes frente a las costas de Perejil, cuando naufragaba una lancha neumática con entre 40 y 60 personas, de las que sólo once fueron rescatadas con vida antes de que Marruecos las expulsara a la frontera con Argelia, y en la que viajaban decenas de mujeres y tres bebés que nunca fueron encontrados.
En el manifiesto que han leído las asociaciones presentes en la concentración, además, se han denunciado "las vallas y los muros, los centros de internamiento, las repatriaciones y las políticas de cooperación interesadas". A la manifestación se ha unido la Red de defensa de los derechos de las mujeres de Tetuán, que protestaban también por la muerte en mayo pasado de dos porteadoras marroquíes, Zohra Boudghir y Bouchra Mariouti, "tras un bullicio causado por la Policía española que recurrió a la violencia para impedir a las personas cruzar la frontera".
Publicado en el diario El Mundo
Autor y foto: Erena Calvo
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