La Federación de Sindicatos de Periodistas (FeSP) rechaza y condena que el periodista de El Mundo Antonio Rubio haya sido sancionado por un juez con 1.000 euros de multa, por negarse a desvelar sus fuentes de información.
El secreto profesional de los periodistas es uno de los pilares sobre los que se sustenta el periodismo profesional. Si no existiera el derecho a mantener la confidencialidad de las fuentes, no podría existir este oficio. El juez reconoció que el periodista tenía derecho a no desvelar sus fuentes y archivó el caso, pero la Audiencia Nacional le obligó a reabrirlo y a sancionar al informador. Esta multa no sólo supone un atentado contra la libertad de información, sino que olvida que el secreto profesional es un derecho fundamental que está protegido en la Constitución.
Este caso viene a demostrar, una vez más, la necesidad urgente de que el Gobierno regule el secreto profesional -un mandato constitucional que lleva más de tres décadas de retraso- y que impulse el proyecto de Ley del Derecho a la Información y de los Derechos y Deberes de los Informadores. El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, se comprometió a sacar adelante esta ley en la anterior legislatura, pero no cumplió su palabra.Los periodistas no deben tener privilegios sobre el resto de la sociedad, pero para que sea una realidad plena el derecho de la ciudadanía a recibir información veraz y plural tienen que estar amparados por unos derechos, entre ellos el del secreto profesional, que no pueden ser vulnerados.
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