La solidaridad tiene muchas caras. Una de ellas, alejada de las marcoayudas económicas y los costosos proyectos de cooperación al desarrollo, es la que personifican pequeñas organizaciones no gubernamentales (ONG) que, con escasos medios, obtienen grandes resultados. Es el caso de Kulima, una entidad sin ánimo de lucro que desarrolla su trabajo en Mozambique. Con ella colabora la cooperante tinerfeña Amagoia Labarga Hermenegildo, una bióloga marina de la Universidad de La Laguna (ULL) experta en acuicultura.
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