Burkina Faso y Moldavia han ratificado la Convención Internacional de Prohibición de las Bombas de Racimo, que logra así las 30 ratificaciones necesarias y podrá entrar en vigor como Ley internacional de prohibición el 1 de agosto de 2010. Los primeros treinta países firmantes incluyen estados que lideraron el esfuerzo del proceso de Oslo para crear la Convención –Noruega, Austria, la Santa Sede, Irlanda, México y Nueva Zelanda– estados dónde las bombas de racimo han sido usadas –Albania, Croacia, Laos PDR, Sierra Leona y Zambia– países que almacenaban bombas –Bélgica, Dinamarca, Francia, Alemania, Japón, Moldavia, Montenegro y Eslovenia–, así como España, el primer país que completó la destrucción de stocks.
En total 104 países han firmado la convención desde que se abrió a la firma en Oslo en diciembre del 2008. El texto prohíbe el uso, la producción, el almacenamiento y la transferencia de bombas de racimo. También establece la limpieza de las áreas contaminadas por bombas que no han explotado y determina la provisión de asistencia para las víctimas de estas armas.
Cuando la Convención sobre las Bombas de Racimo entre en vigor, el próximo reto será el Primer Encuentro de Estados Miembros, que está programado para que se celebre en Laos a finales del 2010. Laos es el país más contaminado por bombas de racimo como resultado de los bombardeos de los EE.UU. hace más de treinta años. Aunque no es imprescincible, se espera que más países lo ratifiquen. Además, asociaciones como Fundació per la Pau, Greenpeace, Justicia i Pau y el Moviment per la Pau están trabajando con supervivientes de las bombas de racimo para garantizar que los países no firmantes dónde se han usado estas armas –como Camboya, Irak, Serbia, Tayikistán y Vietnam– se sumen a la convención con la mayor brevedad posible.
Publicado en el diario El Mundo
Foto: Rosa Meneses
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