Amnistía Internacional ha denunciado un aumento de los ataques contra los indígenas en Colombia durante 2009, lo que ha hecho que muchas comunidades estén luchando para sobrevivir. La organización culpó a los grupos guerrilleros, las fuerzas de seguridad y los grupos paramilitares de los abusos, que incluyen homicidios, desapariciones forzosas y secuestros, amenazas, abusos sexuales contra mujeres, reclutamiento de niños y niñas soldados, desplazamiento forzoso y persecución de dirigentes indígenas.
En Colombia hay casi 1,4 millones de indígenas, lo que representa el 3,4% de la población, según el censo de 2005. La Organización Nacional Indígena de Colombia afirma que, al menos, 114 mujeres, hombres y niños indígenas fueron víctimas de homicidios y miles sufrieron desplazamiento forzoso, solamente en 2009. Amnistía Internacional ha declarado que las autoridades rara vez investigan estos crímenes. Miles de ellos se han visto obligados a desplazarse de sus tierras por ser zonas de intenso conflicto militar o ricas en biodiversidad. Muchos de ellos no han podido salir de sus territorios porque los grupos armados han sembrado minas terrestres en las zonas adyacentes.
Las partes del conflicto también han bloqueado el acceso a la comida y a medicamentos esenciales. Todas las partes del conflicto han ocupado escuelas y las han usado como bases militares, que junto a los ataques físicos que sufren los maestros impide el acceso a la educación. A menos que las autoridades adopten rápidamente medidas para proteger a los pueblos indígenas de Colombia, existe un riesgo real de que muchos de los 32 grupos indígenas que viven en el país desaparezcan.
Más de la mitad de los indígenas víctimas de homicidio durante 2009 pertenecían al pueblo indígena Awá, propietarios de las tierras y los ríos de la reserva de El Gran Rosario, en el municipio de Tumaco, perteneciente al departamento suroccidental de Nariño. Esta comunidad se vio especialmente afectada en 2009. Viven en una zona de importancia estratégica para las partes en conflicto en la que actúan la guerrilla de las FARC y el ELN, grupos paramilitares y bandas de narcotraficantes, además de las fuerzas de seguridad colombianas.
En febrero de 2009, las FARC mataron a 15 Awá en el municipio de Barbacoas, entre ellas dos mujeres embarazadas. En agosto de 2009 la comunidad fue atacada por militares y asesinaron a 12 Awá, entre los que había seis niños y un bebé de ocho meses. Tras esta masacre, 300 Awá, entre los que había 100 menores, abandonaron sus casas, bienes y medios de vida y huyeron a Tumaco. Semanas después de su llegada continuaban viviendo en refugios que ellos mismos habían construido o durmiendo a la intemperie. Los alimentos y el agua eran escasos y no había instalaciones de saneamiento.
Publicado en el diario El Mundo
Foto: Onic
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