El fantasma de la crisis sigue amenazando a muchos sectores de la sociedad canaria, a pesar de los desesperados intentos de la Administración por mitigar sus efectos. Los inmigrantes, especialmente aquellos que llevan poco tiempo en las Islas, se han convertido en uno de los colectivos más vulnerables, hasta el punto de que muchos de ellos han decidido retornar a sus países de origen.Los que, pese a todo, han decidido quedarse, se han convertido en damnificados de una recesión que está atacando con crudeza a las entidades y organizaciones no gubernamentales (ONG). Algunas de éstas, según aseguran a DIARIO DE AVISOS algunos abogados de Extranjería, se han visto obligadas a prescindir de sus servicios profesionales de asistencia jurídica a personas inmigrantes. Es el caso, por ejemplo, del proyecto 'Contamíname' de Cáritas Diocesana de Tenerife, que llevaba más de una década proporcionando orientación jurídica a migrantes residentes o recién llegados al Archipiélago.
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