Las próximas elecciones locales en Amsterdam van camino de convertirse en una suerte de referéndum sobre el futuro del negocio del sexo en la ciudad, totalmente legal desde hace diez años aunque el Ayuntamiento se empeñe en barrerlo poco a poco bajo la alfombra de la postal impoluta en que aspira a convertirla. Su última propuesta para "aumentar la seguridad" de su famoso barrio rojo consiste en elevar de 18 a 23 años la edad mínima para poder ejercer la prostitución y obligar a los locales a cerrar de cuatro a ocho de la mañana.
"A esas horas sólo van por ahí borrachos y tipos repugnantes. Algunas mujeres son obligadas a trabajar precisamente en ese horario", ha explicado Lodewijk Asscher, vicealcalde de la ciudad, socialdemócrata, al diario De Telegraaf. Elevando la edad legal mínima para prostituirse, el Ayuntamiento pretende asegurarse que las mujeres ejercen libremente. El sistema ya debería ser capaz de detectarlo y evitarlo cuando una prostituta acude a la cámara de comercio local para darse de alta y es entrevistada por las trabajadores sociales.
Publicado en el diario La Vanguardia
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