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miércoles, 22 de abril de 2009

"Nadie levantará África si no trabajamos por ello los africanos"

Seydou Keita tiene cara de buena persona. Habla bajito, en castellano fluido. Si no halla la palabra exacta, recurre al francés. El Barcelona le fichó del Sevilla por 14 millones de euros y es el primer jugador de Malí en vestir la camiseta azulgrana. Nació en 1980 en Bamako y jugó en la calle antes de enrolarse en la escuela de su tío Salif (ex del Sevilla, balón de oro africano en 1970 y héroe nacional). Es primo de Sisoko, centrocampista del Juventus. Hoy espera jugar contra su ex equipo.

Hace un año, ¿podía imaginar que las cosas le irían tan bien lejos de Sevilla?
"No podía esperar que después de una temporada en el Sevilla me llamara el Barcelona. Fue una gran oportunidad y un reto. Las ganas de aprender me trajeron hasta aquí. Sabía que iba a ser difícil y que dejaba un gran equipo, a buenos amigos, a gente de buen corazón. En Sevilla vivía muy bien. Tenía buenos compañeros y un entrenador que me quería mucho".

Pues está sancionado. No le verá en el banquillo.
"[Manolo] Jiménez es un entrenador muy bueno y tiene un corazón tan grande que se le sale del pecho. Me cuidó, me enseñó y me quiso mucho. Siempre fue el primero en hablar conmigo para darme confianza".

Antes no se separaba de Touré. ¿Hasta qué punto ha mejorado su rendimiento al mejorar su relación con los demás?
"Touré es un amigo y una persona muy buena. Hablamos mucho de la vida de la ciudad y del equipo… Siempre le estaré agradecido. Pero, básicamente, el Barça es un grupo de hombres buenos. Tiene un buen corazón, limpio. Sólo así se puede jugar con tanta alegría y solidaridad. Si he mejorado es por muchas cosas: trabajo, ganas de aprender y mis compañeros. Para mí, eran posiciones y funciones diferentes y me costó un poco adaptarme".

¿Qué le resultó más difícil?
"El juego de posición. El mister quería que tuviera llegada y el puesto, a la vez, implica trabajar en la defensa. Habló mucho conmigo y me dijo que era mejor llegar al área que estar. [Pep] Guardiola habla mucho siempre porque quiere que esté todo perfecto. Pero no quiero hablar del entrenador: si hablo bien, seré un pelota, y si hablo mal… ¡No puedo hablar mal! [ríe]. Para mí, es un buen entrenador porque enseña al jugador y le ayuda. El equipo hace lo que pide. Hay muchos futbolistas de aquí, como Xavi, que entienden perfectamente el juego. Eso nos facilita jugar como él quiere".

¿Qué sabía de Guardiola?
"Le vi jugar poco. A quien más conocía era a Xavi, desde el Mundial sub 19 de Nigeria. Han pasado 10 años. El otro día lo hablábamos. Parece que fue ayer".

¿Salif Keita sigue siendo el ídolo supremo en Malí o en la actualidad le miran más a usted?
"Para nosotros, Keita es algo más que un futbolista. Siempre será el ídolo de nuestro país. Es como Pelé. Fue el primer gran futbolista africano. Cuando era pequeño, estaban Abedi Pelé, Weah…, pero no les veíamos jugar mucho. No había muchas televisiones. Pero lo importante es lo que han hecho al dejar el fútbol. Como ellos, los grandes jugadores han ayudado a su pueblo. Yo ahora estoy jugando, pero después veré cómo puedo ayudar a los niños de mi país. África tiene muchos problemas y la solución es que los africanos queramos ayudarnos a nosotros mismos. No podemos culpar al resto del mundo de nuestros problemas. Aunque nos ayuden, si no trabajamos nosotros por nuestro propio bien, nadie levantará África".

¿Hay una manera de entender el fútbol en África y otra en el resto del mundo?
"El fútbol es el fútbol. Da igual si eres africano, musulmán o cristiano. Antes, sí. Había poca disciplina táctica. Pero el jugador africano ya es más aplicado".

¿Por qué besa el suelo al marcar un gol?
"Significa lo mismo que cuando un jugador cristiano se santigua. Es para dar gracias a Dios".

¿Acude a la mezquita o reza en casa?
"Rezo donde puedo. Si puedo, en la mezquita".

¿Hasta qué extremo los atentados terroristas cometidos han perjudicado a los musulmanes?
"El musulmán es un hombre bueno. Matar contradice los preceptos religiosos de todo musulmán. Desde entonces, la percepción sobre el musulmán ha cambiado y ahora mucha gente piensa que todos podemos hacer daño. Se desconfía más de nosotros. Es triste porque un buen musulmán no tiene nada contra un buen cristiano de buen corazón".

Publicado en el diario El País
Autor: Luis Martín
Foto: EFE

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