Los irlandeses, grandes aficionados a las bebidas, han hecho sus cuentas y reducir su alto consumo podría suponer un ahorro mensual de unos 200 euros. Las ventas en los bares de Irlanda cayeron un 10% el año pasado, según la oficina de estadísticas del país. Es más, Leer Thomas Holdings, el propietario de algunos de los pubs más conocidos de Dublín, se ha visto obligado a solicitar el concurso de acreedores. Las condiciones en el mercado de las bebidas son "cada vez peor", según C&C Group, el fabricante de sidra irlandesa Magners, quien ha recortado ya 120 puestos de trabajo.
A las casas de apuestas no les va mejor. La más grande del país, Paddy Power, ha anunciado que el promedio de participación en sus locales se redujo un 3,4% el año pasado. La firma de inversión Goodbody señala que una quinta parte de las 1.300 salas de juego de Irlanda pueden cerrar a lo largo de este año. "En lugar de ir a pubs y casas de apuestas, la gente prefiere quedarse en casa, ordenar pizzas, comprar cervezas y apostar por Internet", reconoce su analista Liam Igoe, en declaraciones a Bloomberg.
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