Tradicionalmente, los jóvenes han representado un activo esencial en el mercado laboral, aportando talento, energía y creatividad a la economía. Sin embargo, la juventud de hoy también presenta serias vulnerabilidades en el mundo del trabajo, ya que la crisis está afectando de forma más acusada a este sector de la población. Así, la tasa de paro de los menores de 25 años (55%) ya duplica a la del conjunto de la ciudadanía (26%).
La principal dificultad que encuentran los jóvenes en nuestro país la encontramos en el acceso a un primer empleo, ya que, en tiempos de crisis, los empleadores suelen buscar profesionales con experiencia anterior, situando en desventaja al joven que se incorpora por primera vez en la fuerza laboral. El Observatorio de las Ocupaciones del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) considera a los jóvenes y a las personas con discapacidad como 2 de los grupos con mayores dificultades de acceso al empleo, si bien apostilla que la coyuntura de crisis se siente de forma menos intensa en los segundos. Así pues, cuando las dos situaciones confluyen en una misma persona (juventud y discapacidad), las barreras pueden verse acentuadas debido a prejuicios y a falsos estereotipos aún asentados en nuestra sociedad, convirtiendo a los jóvenes con discapacidad en "dobles víctimas" de la crisis.
El II Informe El reto de la inserción laboral de los jóvenes con discapacidad, elaborado por la Fundación Adecco, pretende dar voz a las personas con discapacidad que no superan los 30 años, profundizando en su situación actual y perspectivas de futuro. El informe basa sus resultados en una encuesta a 700 jóvenes con discapacidad, activos, entre 18 y 30 años. Se ha descartado de la encuesta a los inactivos por razones de formación, incapacidad, pensión u otros. Sin embargo, no hay que olvidar que la tasa de actividad de las personas con discapacidad es muy inferior a la de los demás. Así, a finales de 2010 se situó en un 36,2% frente al 75,9% registrado en el conjunto de la población, según el avance de resultados de la Encuesta de Población Activa y de la Base Estatal de Personas con Discapacidad 2010 y 2009 del INE. Ello quiere decir que un 63,8% de las personas con discapacidad ni tiene trabajo ni lo busca.
Si el empleo es un activo vital para todos los ciudadanos, lo es aún más para las personas con discapacidad, pues es el vehículo que les va a permitir ser autónomos e independientes y llevar una vida normalizada. Sin embargo, y paradójicamente, las barreras que encuentran en su acceso al mercado laboral se ven acentuadas, en la mayor parte de los casos por prejuicios y obsoletos estereotipos que cuestionan la valía de las personas con discapacidad. Según un grupo de discusión participante en un informe del CERMI, del año 2010, los jóvenes ven acentuada la necesidad de acceder al mercado laboral, pues a largo plazo "se evita que el Gobierno tenga que pagar una prestación económica y se consigue que esa persona aporte a las arcas".
El mismo informe hace hincapié en la importancia de que los jóvenes con discapacidad consigan autonomía. Otro de los grupos de discusión participante en dicho informe apunta la siguiente reflexión: "los padres no vivirán siempre y cuando ellos falten, la persona con discapacidad tiene que ser independiente, saber defenderse y desenvolverse". Sin embargo, los resultados de este informe arrojan datos poco halagüeños: el 62% de los jóvenes con discapacidad menores de 30 años está en situación de desempleo. Esta cifra supera en 7 puntos porcentuales a la del paro juvenil (55%), si bien hay que tener en cuenta que esta última se restringe a los menores de 25 años.
Fuente: Fundación Adecco
La principal dificultad que encuentran los jóvenes en nuestro país la encontramos en el acceso a un primer empleo, ya que, en tiempos de crisis, los empleadores suelen buscar profesionales con experiencia anterior, situando en desventaja al joven que se incorpora por primera vez en la fuerza laboral. El Observatorio de las Ocupaciones del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) considera a los jóvenes y a las personas con discapacidad como 2 de los grupos con mayores dificultades de acceso al empleo, si bien apostilla que la coyuntura de crisis se siente de forma menos intensa en los segundos. Así pues, cuando las dos situaciones confluyen en una misma persona (juventud y discapacidad), las barreras pueden verse acentuadas debido a prejuicios y a falsos estereotipos aún asentados en nuestra sociedad, convirtiendo a los jóvenes con discapacidad en "dobles víctimas" de la crisis.
El II Informe El reto de la inserción laboral de los jóvenes con discapacidad, elaborado por la Fundación Adecco, pretende dar voz a las personas con discapacidad que no superan los 30 años, profundizando en su situación actual y perspectivas de futuro. El informe basa sus resultados en una encuesta a 700 jóvenes con discapacidad, activos, entre 18 y 30 años. Se ha descartado de la encuesta a los inactivos por razones de formación, incapacidad, pensión u otros. Sin embargo, no hay que olvidar que la tasa de actividad de las personas con discapacidad es muy inferior a la de los demás. Así, a finales de 2010 se situó en un 36,2% frente al 75,9% registrado en el conjunto de la población, según el avance de resultados de la Encuesta de Población Activa y de la Base Estatal de Personas con Discapacidad 2010 y 2009 del INE. Ello quiere decir que un 63,8% de las personas con discapacidad ni tiene trabajo ni lo busca.
Si el empleo es un activo vital para todos los ciudadanos, lo es aún más para las personas con discapacidad, pues es el vehículo que les va a permitir ser autónomos e independientes y llevar una vida normalizada. Sin embargo, y paradójicamente, las barreras que encuentran en su acceso al mercado laboral se ven acentuadas, en la mayor parte de los casos por prejuicios y obsoletos estereotipos que cuestionan la valía de las personas con discapacidad. Según un grupo de discusión participante en un informe del CERMI, del año 2010, los jóvenes ven acentuada la necesidad de acceder al mercado laboral, pues a largo plazo "se evita que el Gobierno tenga que pagar una prestación económica y se consigue que esa persona aporte a las arcas".
El mismo informe hace hincapié en la importancia de que los jóvenes con discapacidad consigan autonomía. Otro de los grupos de discusión participante en dicho informe apunta la siguiente reflexión: "los padres no vivirán siempre y cuando ellos falten, la persona con discapacidad tiene que ser independiente, saber defenderse y desenvolverse". Sin embargo, los resultados de este informe arrojan datos poco halagüeños: el 62% de los jóvenes con discapacidad menores de 30 años está en situación de desempleo. Esta cifra supera en 7 puntos porcentuales a la del paro juvenil (55%), si bien hay que tener en cuenta que esta última se restringe a los menores de 25 años.
Fuente: Fundación Adecco
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