Estadísticas

Buscar este blog

miércoles, 30 de marzo de 2011

Maoríes y huevos podridos


 Nuestra primera toma de contacto con las aguas geotermales fue en la llamada Hot Water Beach, una playa que se convierte en improvisado ‘spa’ con cada marea baja, merced a la cual surge agua caliente por debajo de la superficie arenosa. Basta con llevarse una pala o, en su defecto, excavar con las manos un pequeño agujero para conseguir un tratamiento personalizado. Bueno, en realidad es complicado quedarse a solas durante un rato, porque además de ser una de las zonas más visitadas de la isla norte, también es un paraíso del surf, lo que la convierte en guarida de los ‘hippies de las tablas’ (sin acritud, no vaya a ser que alguien se enfade).

Desde allí apenas tardamos dos horas en llegar hasta la Bahía de la Abundancia (Bay of Plenty), un hervidero –nunca mejor dicho- que tiene su epicentro en Rotorua, el destino turístico más famoso y concurrido, dicen, de Nueva Zelanda. No en vano, aquí la vida cotidiana se desarrolla junto a fuentes termales, géiseres explosivos, piscinas de barro burbujeante y nubes de gas sulfuroso que hacen que el ambiente se impregne de un sofocante olor a huevos podridos. Como resultado, tres millones de visitantes al año, entre ellos un servidor y su esposa. Hay que ser masoquista….

Aunque veníamos avisados, lo cierto es que uno no puede siquiera imaginar lo que se encontrará en Rotorua. Parques minados por cráteres, niños que juegan junto a huecos humeantes y perros que corren alrededor de agujeros donde, por momentos, pareciera que va erupcionar un volcán. En realidad, eso fue lo que ocurrió hace apenas ocho años, cuando el Kuirau cubrió de barro gran parte de un parque situado en el centro mismo de la ciudad.

La gente de aquí debe estar acostumbrada a tanto movimiento sísmico, porque son muchos los que tienen su propia piscina geotermal en casa, convenientemente vallada y señalizada. Hay algunos que incluso han aprovechado la coyuntura para vender el producto, y no son pocos los moteles que ofrecen baños de barro o remojones en agua hirviendo. Nosotros, apelando a nuestro interés histórico y, especialmente, a nuestra escasa capacidad económica, optamos por darnos un chapuzón en los Blue Bath, los primeros construidos (en 1933) y que aún conservan tanto las grietas como el sabor de la época de entreguerras.

Pero Rotorua no sólo son fuentes geotermales. También es la cuna de la cultura maorí. No en vano, antes de que llegara hasta estos lares el inefable capitán Cook (del que empiezo ya a cansarme), arribó la canoa Te Arawa, dirigida por el gran Tamatekapua, hawaiano de nacimiento. Su nieto, un tal Ihenga, exploró gran parte del bosque interior y fue nombrando los accidentes geográficos a medida que los iba descubriendo. De ahí los nombres tan peculiares (Okataina, Tarawea, Ohinemutu, entre otros) de casi todos los puntos de interés de la zona.

A partir del siglo XV, las subtribus se extendieron por los alrededores, lo que provocó numerosos conflictos que no cesaron hasta prácticamente el siglo XX, cuando los jefes se dieron cuenta que era más fácil y provechoso repartirse el pastel de los baños geotermales y venderle a los turistas el rollito de la cultura maorí para facturar millones de dólares al año. Los espectáculos, en cualquier caso, merecen la pena, y si uno es aficionado al rugby podrá comprobar in situ lo que debe de ser que los All Blacks (como se conoce a la selección neozelandesa) te bailen la ‘haka’ antes de empezar un partido. Yo también sé de más de una fémina a la que le gustaría que le movieran la lengua como lo hacen los maoríes, que pueden comerse un helado de un solo chupetón.

Juegos sexuales aparte, la cultura maorí va mucho más allá de los meros entretenimientos para turistas, porque parte de las premisas de la igualdad y la preservación de los derechos sociales básicos. Así, declaran libre y gratuito el acceso a la educación y la sanidad, algo que no es demasiado común a este lado del globo.





Coromandel, la península del oro y la naturaleza en estado puro

Confieso que me adentré con reticencias en la península de Coromandel, a donde llegamos después de un nuevo atracón de kilómetros por carreteras secundarias. Nuestra primera parada no fue nada halagüeña, al menos para mí, poco aficionado a las aves. Fue en un observatorio en la bonita localidad de Miranda, cuyo centro histórico nunca llegamos a encontrar. A pesar de la lluvia y el barro, aperitivo de lo que vendrá después, valió la pena, sobre todo por ver la cara de mi bióloga preferida y firme defensora de cualquier tipo de especie animal o vegetal.

Desde ahí, la ruta nos llevó hasta Thames (Támesis en castellano), donde el tiempo pareció detenerse en 1769, fecha en la que arribó a la ciudad el capitán Cook, quien llamó así al pueblito en cuestión porque se parecía “un poco” su Londres natal. Más que un poco, yo diría que se parecen bastante, sobre todo porque, al igual que en la Inglaterra más profunda, la gente de esta zona debe acostarse temprano, ya que a las tres de la tarde no había ni un alma por la calle (y eso que era sábado). Pero bueno, el almuerzo junto al Fiordo y el paseo entre las casas que pertenecieron a los buscadores de oro que coparon la región en el siglo XIX, dejan a uno más que contento de haber echado media tarde en el Támesis neozelandés. Es lo que tiene este país, donde las horas parecen pasar más lentas de lo normal (aunque vaya 12 horas por delante) y uno no deja de descubrir rincones de cuento de hadas.

Sólo así se pueden definir sitios como Waiomu, Ruamahunga, Tapu o Waikawau, por donde serpentea la estrecha SH25, que va desde Thames hasta Coromandel, la ciudad que da nombre a la Península. Allí, un capuccino con canela y dos horas más de volante hasta Whitianga, donde nos esperaba la simpática Cathy, la dueña del Aotearoa Lodge Motel.

Aunque tiempo habrá para hablar de las miles de opciones alojativas que ofrece el país, sí querría dejar claro que en ningún sitio antes me habían ofrecido una jarrita de leche o un té al hacer el ‘check-in’. Y yo soy muy de estos detalles, porque uno entra ya más a gusto en la habitación. Luego, puede haber más o menos mosquitos, puede ser más o menos grande o regalar o no champús y gel de baño, pero tú ya tienes tu jarrita de leche en el estómago o la nevera.

El pueblo, como no podía ser de otra manera, estaba más muerto que vivo, y como no llevábamos el diccionario a mano nos quedamos sin probar los mejillones a la madrileña (sí, no es una broma, se llaman así), ya que al camarero rastafari que nos sirvió sólo lo logramos entender cuando pronunció la palabra risotto. Estaba muy bueno, por cierto. Después de dar varias vueltas en torno a la misma calle, que creo nos habían cambiado de sitio, aterrizamos en nuestro motel, que a la vez sirve de escuela entre semana. Menos mal que lo mejor estaba por llegar, y no lo digo por el buen tiempo, que hasta ahora no nos había acompañado, quizá porque veníamos pensando que el verano aquí es como en Tenerife, que dura casi hasta noviembre. Pese a todo, yo recomiendo viajar a Nueva Zelanda en cualquier época del año, y al menos una vez en la vida, aunque sólo sea por tener la experiencia de hacer 26 horas de avión (es broma).

Que las nubes no te estropeen unas vacaciones (una excedencia, en mi caso). Bajo esta premisa nos lanzamos a la aventura que supuso llegar hasta una de las más destacadas muestras del poder de la naturaleza, como es Cathedral Cove. El barro, después de unas lluvias torrenciales de hace dos semanas, y unos desprendimientos, destrozaron el único acceso a una de las mejores playas del mundo, según todas las revistas de viajes. De hecho, a partir de ahora en las guías deberían incluir el barranquismo en la excursión a la playa, porque es lo que un servidor y su esposa tuvieron que hacer para llegar hasta esta ‘catedral del mar’. Pero, después de las penurias, el lodo y el vértigo de mi pobre Oli, Dios apareció ante nosotros en forma de arco gigante de piedra caliza.

Es de esos sitios que uno no puede dejar de fotografiar, como si así pudiera llevarse en la mochila un poquito de él, quizá porque es probable que nunca más vuelva a estar ante un escenario parecido. Un lugar mágico donde perderse para siempre y no encontrarse jamás.

domingo, 27 de marzo de 2011

Mujeres, hindúes y asiáticos

Al igual que ocurre en la mayor parte de países del mundo (son contadas las excepciones), las mujeres superan en proporción al número de hombres (más o menos, tres a uno). En Nueva Zelanda, por supuesto, esta premisa no es una excepción, aunque con un matiz más que destacable. La sociedad kiwi se siente orgullosa, y con razón, de ser el primer país del mundo que abrió el voto a las féminas, allá por el año 1893, que se dice pronto. Ello ha conferido a sus mujeres una distinción que ya quisieran para ellas muchas primeras damas europeas. De hecho, la imagen de Kate Sheppard, la heroína del movimiento sufragista femenino incluso aparece en el billete de 10 dólares neozelandeses (que vienen a ser como 6 euros).

El protagonismo de las chicas va más allá, ya que en varios periodos legislativos en las dos últimas décadas todos los puestos constitucionales clave estuvieron ocupados por mujeres, incluidos los de primer ministro, fiscal general del Estado y hasta reina maorí, la mundialmente conocida (en su casa a la hora de cenar, claro) Te Arikinui Dame, que gobernó durante 40 años el trono Kingitanga, que no es una marca de braguitas, sino la denominación del movimiento nacional maorí.

La curiosa hegemonía femenina en tierras neozelandesas podría quedarse aquí, que no es poco. Sin embargo, hay un dato que puede ser todavía más significativo. Mucho antes de que Zapatero se inventara el departamento de Igualdad, los kiwis ya tenían su Ministerio de Asuntos de Mujeres, quien por ejemplo puso en marcha un periodo de maternidad pagada de hasta 6 meses de duración.

Por todo ello, y en recuerdo a aquellas heroínas que ganaron para las generaciones futuras su derecho al voto, la ciudad de Auckland les dedicó en 1993 una bonita plazoleta (cuyo nombre no recuerdo) en pleno centro de la ciudad (junto a la New Gallery y la Universidad), donde curiosamente se reúnen cientos de jóvenes universitarias que aspiran a seguir impulsando el papel de las mujeres en Nueva Zelanda.

Muchas de éstas son segundas y terceras generaciones de hindúes y asiáticas neozelandesas, fundamentalmente chinas y tailandesas. Y es que Auckland lleva a gala ser la ciudad más multicultural de toda Oceanía, ya que cerca del 40% de su población no es nativa. Quizá por ello resulta curioso ver a maoríes de 100 kilos comiendo comida china o a kiwis pelirrojos comprando verduras en un comercio de bengalíes. Es lo que tiene la globalización, la famosa ‘aldea global’ de la que hablaba McLuhan.

Lo de los chinos (porque para mí todos los asiáticos son chinos, que para eso son los más numerosos) es realmente singular en Nueva Zelanda, y no es por exagerar. Lo mismo te los encuentras vendiéndote pan (muy buenos los bocadillos de Ellerslie Highway) que cortándote el pelo. Y de los restaurantes ya ni hablamos, porque se cuentan por miles en todo el país. Sí, digo bien, por todo el país, porque después de cuatro horas de coche (conduciendo asustado por la izquierda, como ya saben); después de subir y bajar valles y montañas y atravesar hasta un fiordo, en una aldea con menos vida que Córdoba un 3 de agosto a las 4 de la tarde, puedes comprarte unos calcetines o lavar tu ropa en tiendas regentadas por asiáticos.

Lo de los hindúes, en cambio, va más en consonancia con sus tradicionales castas. Así, en Auckland, por ejemplo, no hay término medio. O te encuentras dos ‘hijas de Calcuta’ (por poner algún sitio) monísimas de la muerte manejando su ipad, o le pides al frutero que te pese los plátanos (bueno, bananas, que aquí aún no han llegado los canarios). Ricos o de clase obrera; con casas de millones de euros o hacinados en un pisito de 40 metros. Es lo que tiene el haber nacido en el sitio adecuado. Aunque, con certeza, creo que Dios envió hasta aquí a gente tan variopinta por miedo a repetir viaje hasta un lugar donde había perdido su mechero.

Pd: Nunca olvides traer la Lonely Planet a un país como éste, y procura tener amigos que ya lo visitaron. Gracias Carlos, Krista, José Raúl y Silvia.









viernes, 25 de marzo de 2011

La jungla de asfalto y los pies negros

Una de las experiencias que uno no debe perderse si viaja a Nueva Zelanda (o, en su defecto, cualquier otro país de la Commonwelth) es la de alquilar un coche. Y no por el simple hecho de acomodar tu trasero a un asiento que no conoces, ni tampoco por comprobar cómo suena el ‘cd’, sino básicamente por sentir ese placer que supone conducir por la izquierda. Desde que uno entra en el vehículo -tras descubrir que el volante está en el lado derecho, claro- siente que va a experimentar una especie de dislexia de consecuencias impredecibles.

Empezando por los cinturones de seguridad o la caja de cambios, y terminando por los intermitentes y el limpiaparabrisas. Todo está donde se supone que no debería estar. A partir de aquí, empieza la difícil tarea de ponerse en marcha. Uno, que ha bregado en mil batallas –automovilísticas, por supuesto-, trata de sobreponerse a las dificultades, que no son pocas. Por ejemplo, ceder el paso a los que vienen por la izquierda, entrar en una rotonda por la ‘siniestra’ –que dirían los italianos- o evitar los choques frontales con los que aparecen por la derecha.

Lejos de mejorar, con el paso de los kilómetros la situación tiende a empeorar, porque uno empieza a confiarse y acaba por adoptar los viejos vicios nacionales, como tratar de sintonizar una cadena musical o buscar el móvil en la guantera. Para evitarlo, nada mejor que tener a la parienta en el asiento de al lado, ya que su nivel de tensión nunca decrece por el miedo a los bordillos y los golpes laterales. Ello por no hablar de los matrimonios que han roto las señalizaciones de las carreteras y los intentos por transcribir al castellano los mapas de las ciudades, que están a la altura de los mejores jeroglíficos egipcios.

Pese a todo, la experiencia vale la pena, sobre todo si lo comparamos con lo que puede llegar a suponer hacer un simple trayecto en taxi o coger un autobús en una urbe como Auckland, donde hay cuatro compañías identificadas por colores y números que van del 2 al 890.

Aunque quizá no tenga nada que ver con lo anterior, no quería dejar pasar la ocasión para hablar de una de las costumbres más arraigadas en la sociedad ‘kiwi’ –otro día hablaré de esta palabra, que usan para casi todo-, como es la de caminar descalzo. Dicho así bien podría parecer una nimiedad, pero la realidad es mucho más profunda. Porque no se trata de realizar algún que otro trayecto sin usar aquella prenda tan básica que ya empleábamos en el Neolítico. No. Hablo de ir de un lado para otro y continuamente sin zapatos. Y les da igual que llueva o que haya que conducir, que ellos marchan tan a gusto con los dedillos al aire.

Imagino que dicha costumbre tiene mucho que ver con la diferencia entre las madres europeas –más concretamente las españolas- y las neozelandesas, porque yo no imagino a la mía dejándome entrar en casa cada día con los pies negros. De hecho, aún recuerdo con pavor aquella vez que llegué al apartamento de la playa con un poco de arena en las chancletas, que tuve que recoger después de un furibundo ataque verbal de mi progenitora. Algo así nunca pasará, supongo, en una casa de Auckland.

Pensándolo bien, quizá conducir por la izquierda y pasear descalzo sí tengan algo que ver, al menos para mí, porque tienen en común la negrura del asfalto y lo negro que yo terminé comprobando cómo se las gastan en este maravilloso país.



miércoles, 23 de marzo de 2011

Aeropuertos: ciudades con vida propia

Después de haber visitado, en los últimos siete días, los aeropuertos de Tenerife, Sevilla, Madrid, Londres, Bangkok, Sidney y Auckland (tengo otra larga lista en mi mochila en los últimos 20 años) creo que estoy más que capacitado para escribir unas cuantas líneas sobre esas pequeñas urbes donde se cruzan diariamente los destinos de millones de personas. Los hay para todos los gustos. Grandes, pequeños, clásicos, de diseño, caros y aún más caros. Sin embargo, y aunque todos tienen una idiosincrasia particular, poseen un denominador común: su vida. Como un corazón, no dejan de latir las 24 horas del día, acogiendo y sirviendo de epicentro a los rumbos de cientos de sujetos anónimos que necesitan de su existencia.

Paradójicamente, el hecho de ser meros espectadores de historias cotidianas, hace que no reparemos en lo que puede llegar a significar un aeropuerto para una persona. Y si no que se lo pregunten a las decenas de ‘sin techo’ que habitan en el londinense aeródromo de Heathrow. Vagan sin rumbo ni dirección fija, dejando pasar las horas con el mismo ritmo tácito con que aterrizan y despegan los aviones. Sin saberlo, son espectadores de éxitos y fracasos, alegrías y penas, esperanzas y frustraciones que bien sirven para explicar sus propias vidas.

Nada que ver con la opulencia de las galerías comerciales del aeropuerto australiano de Sidney. Los trajes de Armani y los sensuales sujetadores de Victoria’s Secret rivalizan con los koalas y los canguros de peluche, fiel retrato de una sociedad ‘aussie’ en la que compiten lo tradicional y lo moderno, el majestuoso edificio de la Opera y los abandonados aborígenes del desierto. Tiempo habrá más adelante de detenernos y relatar alguna aventura en tierras australes.

Como tiempo habrá también para contar lo que uno puede llegar a sentir cuando se pisa Asia por primera vez. Apenas una hora y media nos bastó en el aeropuerto de Bangkok para comprobar lo fascinante que puede llegar a ser un país como Tailandia. Templos, playas, negocio y, por qué no decirlo, algunas de las mujeres más bellas que uno ha podido contemplar en los últimos años (Oli, sin acritud).

Y por fin aterrizamos en Auckland. Después de 26 horas y 4 escalas, la capital oficiosa de Nueva Zelanda nos recibió con los últimos rayos de sol del verano, un atasco monumental y la apasionante experiencia de conducir por la izquierda. Pese a los problemas que ya preveíamos para encontrar nuestro primer alojamiento (que solventamos apelando al tópico 'más vale tarde que nunca'), sería imposible describir con palabras lo que supone para un provinciano como yo llegar hasta el quinto continente (cuando te lo enseñan en el colegio, Oceanía siempre va en último lugar). Imagino que será así por mera tradición histórica, porque se trata de un lugar que todavía no ha sido explorado del todo.

Nosotros empezaremos a descubrirlo hoy mismo, y a través de nuestros ojos, también lo veréis todos (con un mínimo de 12 horas de retraso, claro). Eso sí, será poco a poco, que no hemos viajado tanto para ir con prisas. Para eso ya están los aeropuertos de Tenerife, Sevilla o Madrid, a los que, yo por lo menos, ya considero casi como mi casa. Con sus padres, sus hijos, hermanos y demás familia. Pequeñas urbes con vida propia.



domingo, 20 de marzo de 2011

Rumbo a un sueño: Una primera reflexión

Comienza la aventura. A pocas horas de embarcar rumbo a Nueva Zelanda (vía Londres, Bangkok y Sydney), por fin he decidido y he podido empezar este cuaderno de viaje. Atrás quedan meses de preparativos, semanas de nervios, días de frenética actividad y mucha, mucha ilusión. Dicen que la fortuna hay que buscarla, y en eso estamos Olivia, mi fiel compañera, y yo. Cansados de rutinas, de hastío, de miedos y ansiedad, hemos cogido la mochila con la esperanza de vivir una experiencia inolvidable.

Cuando menos, será algo que podamos contar a nuestros hijos. A ellos les explicaremos que un día, en plena crisis, desafíamos al desánimo y viajamos en el tiempo para reencarnarnos en colonizadores. Y qué mejor lugar para partir de cero que las Antípodas, un lugar mágico donde los sueños pueden hacerse realidad. Hasta allí llegaron hace siglos muchos jóvenes como nosotros, que dejaron atrás todo lo que tenían con la certeza de que estaban haciendo algo grande. Y a fe que lo lograron.

Nosotros no somos tan ambiciosos, porque nos basta con desafiarnos a nosotros mismos y demostrarnos que fuimos capaces. No fue una decisión fácil, o sí. Para la mayoría somos dos locos que están cometiendo un disparate. Y quizá llevan razón, porque en cierta forma sólo la locura permite ahondar en lo mejor y lo peor de uno, para encontrarse con el tiempo y el espacio perdido en la inmensidad del día a día.

Nuestra ruta tiene destinos fijados, organizados y concretos, pero también tiene las puertas abiertas de par de en par. Sydney, Bali, Hong Kong y Camboya aparecen en el horizonte, con toda su magia y su crudeza. El mundo es mucho más grande de lo que imaginamos, y quizá si ponemos nuestros problemas en el gran bazar del planeta, quizá no tengan tanto valor como pensamos. Culturas, pueblos y personas pasaron y seguirán pasando, y sólo unos pocos consiguieron ser recordados más allá de las décadas.

Para empezar, me voy despidiendo. Con la promesa de relatar en primera persona todo este disparate que promete ser apasionante. Habrá datos, anécdotas, historias, reflexiones y, como al inicio de este post y de esta aventura, ilusión, mucha ilusión.

Treinta detenidos en una redada antiprostitución en Lleida

La Policía Nacional ha detenido en Lleida a una treintena de personas en una operación contra el negocio de la prostitución. La mayoría de arrestos se practicaron la madrugada de ayer durante los registros en una decena de clubs y varios pisos de la ciudad. La operación es fruto de una investigación iniciada hace un año cuando se tuvo noticias de que jóvenes procedentes de países del Este de Europa eran obligadas a prostituirse. Entre los detenidos se cuentan responsables de esos negocios y jóvenes sin permiso de residencia en España.

Fuente: La Vanguardia




sábado, 19 de marzo de 2011

La falta de medicinas, comida y luz, una nueva amenaza para Japón

Una semana después del seísmo y el tsunami, los médicos se esfuerzan en ayudar a los heridos y a los enfermos en refugios temporales, carentes de agua corriente y de electricidad, del noreste de Japón, donde amenaza una epidemia de gripe mientras prevalece una ola de frío. Numerosos supervivientes sometidos a tratamiento médico dejaron su domicilio sin coger sus medicamentos y se encuentran en fríos polideportivos. En el puerto de Kesennuma, el hospital Inawashiro, cuyo bajo y primer piso fueron devastados por el tsunami, tuvo que evacuar a sus 47 pacientes.

http://www.elmundo.es/elmundo/2011/03/18/solidaridad/1300436366.html



Una guía asesora a los periodistas sobre cooperación

Farmamundi Extremadura ha presentado este jueves "La cooperación en sus términos", una guía creada para los profesionales de la comunicación como herramienta de comprensión y transmisión de información sobre las realidades del Sur, las situaciones de emergencia y la labor que desarrollan las ONG. El director de la Agencia Extremeña de Cooperación Internacional para el Desarrollo (Aexcid) y Manuel Díaz, representante de Farmamundi en la región, han dado a conocer esta publicación en una rueda de prensa en Mérida.

Cáritas denunciará ante el Defensor que la policía controla inmigrantes en sus centros

Cáritas Española, que atiende a unos 400.000 inmigrantes al año, denunció ayer que la policía acude "asiduamente" a sus comedores sociales y centros de ayuda para realizar controles de documentación a los extranjeros. Las visitas policiales son especialmente frecuentes (una al mes) en las cáritas diocesanas de Las Palmas, Segorbe-Castellón y Mondoñedo-Ferrol. Para la organización, esta práctica, no justificada por "una situación de peligro real o la represión de infracciones penales" supone el reflejo de una política migratoria que trata al inmigrante irregular "como un presunto delincuente", con el riesgo, añaden, "de generar sentimientos racistas". La organización recopila información para presentar una queja ante el Defensor del Pueblo, según confirmaron fuentes de la asociación.

http://www.elpais.com/articulo/espana/Caritas/denunciara/Defensor/policia/controla/inmigrantes/centros/elpepunac/20110318elpepinac_17/Tes





miércoles, 16 de marzo de 2011

Desaparecen 35 inmigrantes tunecinos en un naufragio

La travesía de inmigrantes tunecinos hasta la isla italiana de Lampedusa continúa a sumando víctimas un mes después de que se produjese el primer naufragio de este éxodo masivo en el que murieron ahogadas al menos 60 personas. Según han informado las autoridades portuarias italianas, la embarcación se hundió la noche del lunes con 40 personas a bordo, poco después de haber salido salida del puerto de Zarzis, en el sur de Túnez. Hasta el momento, sólo cinco supervivientes han podido ser rescatados.

Este hecho ha contribuido a aumentar la tensión en Lampedusa, 138 kilómetros de Túnez. Desde que comenzaron las revueltas en Túnez y se extendieron después a Libia, cerca de de 10.000 inmigrantes han buscadon refugio en el sur de Sicilia, más del doble de los que llegaron durante todo el pasado año, según ha declarado Roberto Maroni, el ministro italiano del Interior. Sólo en las últimas horas, la isla ha recibido a 818 tunecinos en una docena de barcos que se suman a los 2.100 sin papeles que se encuentran hacinados en un Centro de Acogida que tiene capacidad para menos de la mitad de la población que alberga.

El ministro de Exteriores italiano, Franco Frattini, teme que la situación se descontrole y ha pedido ayuda a la Unión Europea. Frattinini ha solicitado a la UE un crédito de 100 millones de euros para afrontar el estado de emergencia y ha exigido el apoyo de Frontex para la gestión de las instalaciones de acogida y el control de sus costas. Mientras que estas medidas se hacen efectivas, han decidido blindarse.

Esta misma noche, el ministerio de Interior italiano ha recomendado a los departamentos de Defensa y Transportes que impidan la entrada en sus aguas territoriales de la embarcación Mistral Express hasta que no se determine la identidad del pasaje y el proposito del viaje. De momento la nave, que partió del puerto libio de Misurata con 1.800 personas a bordo, se encuentra actualmente en aguas internacionales cerca de la isla de Sicilia.



domingo, 13 de marzo de 2011

Grecia concede un permiso a los 300 inmigrantes magrebíes que llevaban 44 días en huelga de hambre

Tras 44 días de severa huelga de hambre en Grecia, unos 300 inmigrantes, en su mayoría magrebíes, anunciaron esta semana que interrumpen esa protesta porque el Gobierno griego ha accedido a concederles permisos provisionales de residencia. "Nuestra lucha ha tenido frutos", declararon los representantes de los 250 inmigrantes ilegales que llevaban a cabo la huelga de hambre en Atenas y de otros 50 en la ciudad griega de Salónica. El anuncio se produjo tras cuatro horas de negociaciones con el Gobierno heleno en la capital griega.

La miserable vida de las mujeres en las FARC

Reclutan niñas de doce años, las convierten en objetos sexuales, y si quedan embarazadas, les obligan a abortar. Un 90% de quienes lo hacen, en condiciones insalubres y con métodos a veces brutales, sufren secuelas físicas y psicológicas de distinta intensidad. Las mujeres de las FARC padecen todo tipo de vejaciones y abusos, por eso buena parte de ellas quieren abandonar sus filas. Pero necesitan no solo mucho valor para intentarlo, porque si descubren sus planes pueden llegar a fusilarlas, sino un empujón que les lance a correr el riesgo.

http://www.elmundo.es/america/2011/03/09/colombia/1299687650.html

2010, el año más mortífero para los afganos

El año 2010 se convirtió en el más mortífero para los civiles afganos desde que hace nueve años comenzara la guerra entre los talibán y las fuerzas internacionales, con 2.800 muertos, de los que tres cuartas partes fueron asesinados por los insurgentes, según ha anunciado la ONU. Esta cifra pone de manifiesto que, a pesar de las afirmaciones de los funcionarios militares y los gobiernos de la coalición internacional, la insurgencia talibán está intensificando, e incluso ganando terreno en los últimos años, con acciones de la guerrilla más allá de su bastiones tradicionales del sur y el este.

Lo más importante es que el informe de la ONU se publica pocos meses después de que Washington y la OTAN anunciara la retirada de las tropas internacionales en 2014, y la transferencia total de la responsabilidad de la seguridad del país en manos de las fuerzas afganas. Un total de 2.777 civiles resultaron fallecidos. Una cifra que aumetó un 15% en comparación con 2009, según el informe anual conjunto de la Misión de Asistencia de la ONU en Afganistán (UNAMA). Los insurgentes, los talibanes y otros grupos fundamentalistas, son directamente responsables del asesinato del 75% de los civiles, contra el 16% que murieron en manos de las fuerzas internacionales y afganas, según el informe.

Los atentados suicidas y las bombas en las carreteras, las armas preferidas de los talibanes, acabaron con la vida 1.141 civiles en 2010, mientras que los ataques aéreos de las fuerzas internacionales y afganas asesinaron a 171. La fuerza de la OTAN (ISAF), liderada por los estadounidenses, está acusado de matar al menos a 65 civiles en dos ocasiones a finales de febrero en la provincia de Kunar (este) y nueve niños el pasado 1 de marzo.

Por último, el informe de la UNAMA destaca también que el número de civiles muertos en 2010 es cuatro veces mayor que el de los soldados internacionales muertos en acción en el mismo año.

Fuente: AFP
Foto: EFE




lunes, 7 de marzo de 2011

La ONU demanda ayuda para las 200.000 mujeres violadas en República Democrática del Congo

Alrededor de 200.000 mujeres que la ONU calcula que han sido víctimas de violaciones en la República Democrática del Congo durante los últimos 12 años de guerra padecen la falta de atención médica o psicológica y recursos económicos. La organización ha asegurado que las afectadas deben recibir una indemnización, además de servicios médicos para superar el trauma y los daños sufridos.

La 'cultura de la violencia' en Guatemala se cobró la vida de 685 mujeres en 2010

Amnistía Internacional exige a las autoridades guatemaltecas poner fin a la "cultura de violencia e impunidad" que propicia numerosos asesinatos y que los responsables sean llevados ante la Justicia, en la víspera de la celebración del Día Internacional de la Mujer. Según cifras oficiales, 685 mujeres fueron asesinadas durante el año 2010 en medio de "una cultura de impunidad", legado del conflicto interno armado (1960-1996) que vivió el país y que derivó en cientos de miles de violaciones de los Derechos Humanos.

"Las mujeres de Guatemala están muriendo a consecuencia del fracaso del estado para protegerlas", denunció Sebastián Elgueta, investigador para AI en ese país, mediante un comunicado emitido desde Londres. Este responsable de Amnistía explicó que "el alto nivel de violencia, la falta de voluntad política y un historial de impunidad" hacen que las autoridades guatemaltecas "sean incapaces de perseguir a los responsables, o que simplemente no les importa ya que los autores (de las muertes) saben que no serán castigados".

"Esta cultura de violencia e impunidad debe terminar y los Derechos Humanos de las mujeres deben ser respetados y protegidos", subrayó Elgueta. Por ello, AI pidió al Gobierno de Guatemala que abra investigaciones efectivas para esclarecer esos asesinatos, que mejore el entrenamiento policial y que asegure que los procesos judiciales son efectivos. Menos del 4% de los casos de homicidio ocurridos en ese país derivan en la persecución de los autores de las muertes pese a que el Congreso guatemalteco aprobó una ley en el año 2008 que tipificó varios delitos de violencia contra mujeres y constituyó tribunales especiales y pautas de sentencias.

AI recuerda también que el hecho de ser mujer es con frecuencia un factor "determinante" para motivar el crimen, la manera en la que las autoridades responden al caso y la forma en la que la mujer es asesinada, con frecuencia tras sufrir una brutalidad excepcional en la que se incluyen prácticas de violación o mutilación. Esta organización pro Derechos Humanos también recordó que el conflicto que desangró Guatemala entre 1960-1996 dejó 200.000 muertos.

Las sistemáticas violaciones de los Derechos Humanos, como la violencia sexual contra mujeres, cometidas por miembros de las fuerzas armadas del estado "no se investigaron adecuadamente", añadió la nota. Amnistía recordó que "los responsables de esos ataques nunca rindieron cuentas ante un tribunal por sus delitos, lo que propició un clima de impunidad e indiferencia hacia los crímenes violentos que continúa infestando a la sociedad guatemalteca".

Fuente: EFE



jueves, 3 de marzo de 2011

Preparar vaqueros desgastados causa decenas de muertes al año en varios países

La moda de los vaqueros desgastados está costando decenas de vidas y miles de enfermos en países como Turquía, Bangladesh, China y la India, donde se elabora la mayor parte de la ropa que vestimos. Esa apariencia de desgastado se consigue en la mayoría de casos mediante la peligrosa técnica del sandblasting, que consiste en aplicar un chorro de arena directamente sobre la tela vaquera. Este método, prohibido en Europa en 1966 pero aún lícito en otros países, es muy rentable a las grandes marcas que lo utilizan, aprovechando la deslocalización de su producción y sin importarles el elevado coste en la salud de las personas que trabajan aplicando esta técnica.

Denuncian la desaparición de los dos principales líderes opositores iraníes

La Federación Internacional de Derechos Humanos (FIDH) denunciará ante el grupo de trabajo de la ONU para las desapariciones forzosas el caso de los principales líderes opositores iraníes, Mehdi Karrubí y Mir Husein Musaví, y de sus esposas, en paradero desconocido. Los hijos de Musaví y de Karrubí han señalado que numerosos agentes de seguridad se llevaron a sus padres de sus domicilios el lunes 28 de febrero en dirección desconocida, indicó la FIDH en un comunicado.

Esa organización con sede en París entiende que se trata "claramente" de un "caso de desaparición forzosa o involuntaria". El paradero de los opositores, candidatos a las últimas elecciones presidenciales en Irán, es confuso desde el pasado 16 de febrero, cuando la Policía secreta iraní los encerró e incomunicó en sus respectivos domicilios junto a sus esposas. Sus hijos, que no han podido verlos desde entonces, denuncian que han sido arrestados y trasladados a una cárcel del este de Teherán, noticia que niegan las autoridades.

Fuente: EFE

miércoles, 2 de marzo de 2011

Mohammed Yunus, el 'banquero de los pobres', expulsado del banco que fundó en 2000

Mohammed Yunus, premio Nobel de la Paz 2006 y más conocido como "el banquero de los pobres", ha sido expulsado del Grameen Bank, la entidad que fundó en el año 2000. El bangladeshí se ha negado hoy a aceptar la destitución ordenada por el Banco de Bangladesh como director ejecutivo del Grameen Bank y dice que todo obedece a una represalia.

En el fulminante cese de Yunus ha jugado un papel determinante el Gobierno de Bangladesh, que, haciendo uso de su participación del 25% en el capital del banco, ha presionado para echar al banquero desde la publicación, hace un año, de un documental noruego en el que se denunciaban prácticas irregulares para evadir impuestos en el Grameen Bank.

Atrás quedan los tiempos en que Yunus era alabado por financieros y políticos no sólo de su país, sino de todo el mundo, por haber creado el concepto de "microcrédito". Con 2.500 sucursales y 8.700 millones de dólares en la cartera de préstamos, la tasa de morosidad del Grameen Bank apenas supera el 2%. El documental noruego empañó esa historia de éxito cuando acusó a Yunus de desviar ilegalmente fondos destinados al Grameen Bank. Sin embargo, una investigación del gobierno de Noruega sobre las denuncias no encontró ninguna evidencia de mal uso de fondos o de las prácticas corruptas.

Yunus, no obstante, ha sido citado a comparecer en tres juicios separados en Bangladesh. El Banco Central de Bangaldesh es el que ha liderado la campaña contra Yunus, a pesar de que el Gobierno negara en público que hubiera irregularidades. El premio Nobel ha negado todas estas acusaciones y advierte de que detrás se esconde una represalia promovida por políticos en ejercicio a los que el líder bengalí ha tachado en repetidas ocasiones de corruptos y por su conato de encabezar una formación electoral, empeño que no llegó a consumar.

Fuente: AFP
Foto: Farjana K. Godhuly

martes, 1 de marzo de 2011

Unos padres indonesios mantienen atado a su hijo autista desde hace años

Unos padres indonesios mantienen desde hace años a su hijo autista atado a una correa para controlarlo, porque no tienen dinero para pagar el tratamiento médico del niño, informaron medios locales. La familia, residente en la localidad de Tangerang, a unos 20 kilómetros de Yakarta, aseguró que la medida fue necesaria para tranquilizar a Agus, de 10 años, porque se muestra muy violento con los vecinos, según el diario Jakarta Post.

"Agus se comporta muchas veces mal con la gente del vecindario, pierde la compostura sin ninguna razón", declaró su hermano mayor Fajar, que como muchos indonesios tiene un solo nombre. Según Fajar, Agus empezó a mostrar síntomas de autismo a los tres años: "Tenía muchas rabietas y lo veíamos hablando consigo mismo, también se iba de casa, a veces durante varios días", detalló.

La familia ha intentado buscar ayuda en la administración local, pero dicen que nadie les ha apoyado. Al menos otros cinco niños autistas de Tangerang se encuentran en parecida situación. Un informe de la fundación indonesia Rumah Autis, creada para niños autistas en familias de bajos ingresos, apunta que las familias pobres con niños que sufren esta enfermedad suelen ser incapaces de cubrir sus necesidad especiales, lo que reduce drásticamente la posibilidad de que mejoren.

Fuente: EFE

Las guerras 'roban' la educación a 28 millones de niños en todo el mundo

Los conflictos armados roban la posibilidad de educarse a 28 millones de niños en todo el mundo, al tiempo que los expone a ser víctimas de la violencia, agresiones sexuales y otros abusos, afirma la Unesco en su informe global 2011. El trabajo, que lleva por título 'La crisis escondida: conflictos armados y educación', advierte de que el mundo no está en camino de alcanzar en 2015 los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) de la ONU relacionados con la educación.