La AECID ha recortado su financiación en Marruecos, como en todo el mundo (un 71,2 % a nivel global), mientras que otras agencias autonómicas del ramo sencillamente han cerrado, durante 2011 y 2012, sus oficinas y proyectos en el país magrebí. Ese ha sido el caso de las oficinas de cooperación catalana o madrileña, y de los proyectos subvencionados con dinero de Canarias o de Castilla-La Mancha. Solo sobrevive, y con un futuro incierto, la agencia andaluza, que de tener tres oficinas ha pasado a solo una, en la ciudad de Tánger. Y con la desaparición de la financiación pública, caen como un castillo de naipes todas las ONGs asociadas y los planes de cooperación que ejecutaban.
Todo tipo de proyectos se van a ver afectados, ya sea de capacitación femenina, apoyo sindical, políticas medioambientales, formación de minusválidos, auxilio a niños abandonados o a mujeres maltratadas, sostén a gobiernos locales y hasta mejoras en infraestructuras rurales. Algunas grandes ONGs, como Save the Children, cerrarán sus puertas el próximo mayo, dijo su responsable en Marruecos, Habeba Dahbi. Entre las razones invocadas está el abrupto fin de algunos de sus proyectos después de que las agencias andaluza y catalana retirasen una financiación prometida. Parejo destino han sufrido en 2012 o sufrirán el año próximo ONGs "menores" que no podrán continuar ni siquiera con bajas salariales, reducciones de plantilla o con el subarriendo de sus sedes, como les sucederá a Acsur-Las Segovias, Iscod o Wafae, entre otras.
Si bien algunas de las ONGs podrían volver la vista a la Comisión Europea para paliar la caída en la financiación española, solo las más grandes y con más experiencia pueden cumplir la exigencia europea de demostrar un 20% de fondos propios, lo que muy pocas pueden hacer en la práctica, como es el caso de Intermón-Oxfam, que sí continuará en el país. Otras ONGs han optado por la fusión, como Ipade, Hábitat África y Solidaridad Internacional, que trabajan en ámbitos cercanos (sociedad civil, género, medioambiente) y que a partir de enero deberán disponer de una única sede y una única dirección ejecutiva, según relata la responsable de Ipade, Helene Scotto, desde Chauen (norte de Marruecos).
"Este es un proceso duro y de cambio a todos los niveles, que nos debe llevar a diversificar las fuentes de financiación" -reconoce Scotto- para no depender solamente de los fondos públicos institucionales, que se han secado a la misma velocidad con que llegó la crisis en las arcas públicas. "Nuestra estrategia -reflexiona- pasa por aumentar las donaciones de particulares, acercarnos al ciudadano y también al sector privado, pero definiendo un código de conducta, pues no se trata de unirnos a cualquiera ni tampoco de legitimar la acción de las empresas". El acercamiento de las ONGs al mundo de la empresa privada ha sido una cuestión tabú para muchas organizaciones dedicadas profesionalmente a la cooperación, y principalmente en las más politizadas, comenta Ana García, representante de Acsur en Marruecos.
Fuente: Javier Otazu (Efe)
Foto: Justy García
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