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miércoles, 2 de diciembre de 2009

Turquía, refugio de mujeres maltratadas

El último caso conocido es el de Nigar Azizmuradi, una iraní de 31 años que ha escapado a Estambul y acaba de pedir asilo político a Naciones Unidas: "Mi único delito es ser islamista moderada. Irán amenaza a los moderados y los ejecuta". Azizmuradi, licenciada en Cine por la Universidad de Teherán, fue acusada de fomentar el odio religioso y de confesar la religión Raelia (movimiento ateo que sostiene que el hombre fue creado por seres extraterrestres).

Fue absuelta tras tres meses en prisión
, pero volvió a la cárcel por participar en las manifestaciones a favor de Husein Musavi. Ahora sabe que volver a Irán implica la pena de muerte. La historia se repite. Por problemas políticos o escapando del marido, miles de mujeres llegan cada año a Turquía procedentes de sus vecinos del sudeste. "El año pasado tuvimos cerca de 800 solicitudes en nuestra casa de acogida, 350 de ellas eran turcas y el resto de Irán, Irak y Afganistán. Nosotras somos una organización feminista y no hacemos diferencias. No podemos dejar de ayudar a una mujer porque sea extranjera", explica Emine Baz, de la Van Kadin Dernegi.

La asociación de mujeres de Van (este de Turquía) fue creada en 2004 para la concienciación de los derechos de la mujer, pero ante la avalancha de refugiadas decidió abrir una casa de acogida para mujeres maltratadas, donde les enseñan el idioma local y una profesión (cocinera, costurera...). "En Van ya hay 3.500 refugiados, los que vienen ahora los mandamos a Ari", indica Baz.

A pesar de que la situación de la mujer es mucho mejor en Turquía que en el resto de países musulmanes, recientes informes han alertado del retroceso en igualdad de género que está sufriendo este país. El último informe de la ONU sobre el rol de la mujer en la sociedad y el acceso a puestos de responsabilidad sitúa a Turquía en el puesto 101 de 109 países, mientras que el informe del Foro Económico Mundial sobre el mismo asunto lo sitúa en el puesto 131 de 134, sólo por delante de Arabia Saudí, Benin, Pakistán, Chad y Yemen.

"Estos resultados demuestran que en Turquía no se ha adoptado ninguna reforma para mejorar la situación", valora Pinar Ilkkaracan, coordinadora de Women's Human Rights Foundation. Según el economista Diego Ángel-Urdinola, del Banco Mundial, sólo el 22% de las turcas tiene o busca trabajo, mientras que en la UE el porcentaje es del 57%. Turquía arrastra además la lacra de los 'crímenes de honor'. En 2007 se reconocieron 231 asesinatos por este motivo, un fenómeno también presente en las grandes ciudades: durante los cinco últimos años en Estambul se registraron 167 crímenes de honor y 144 en Ankara. Además, debemos tener en cuenta los casos no denunciados y los suicidios.

"Cuando creen que una mujer ha violado las normas de honor tradicionales, la familia la encierra en una habitación y le da dos alternativas: suicidio con veneno o ahorcarse con una cuerda. Si no lo hacen, las matan ellos mismo y alegan que ha sido una accidente. A veces nos enteramos porque alguien del pueblo nos llama, o porque hay un miembro de su familia que quiere saber la verdad, entonces nuestro trabajo es presionar para que se investigue", nos explica Emine Baz.

La mujer, según estas normas, es considerada como propiedad del clan. "Cuando llegan a los 14 o 15 años el clan decide que la va a casar con tal persona y su familia recibe una dote a cambio. Si decide escaparse el castigo varia según el código de cada clan, puede ser la muerte, puede ser rapar la cabeza o, como en Ari, puede ser cortar la nariz y las orejas, para que se sepa que es una deshonrada", lamenta Baz en la sede de la Van Kadin Dernegi.

Si bien estos son casos excepcionales, la mujer turca todavía tiene que pelear por su espacio en la sociedad. "Cuanto más intenta ejercer sus derechos, más conflictos aparecen con su marido", reconoce Nese Hacisalihoglu, coordinadora del proyecto para acabar con la violencia doméstica lanzado por el diario Hurriyet, "la falta de mecanismos sociales y económicos que protejan a la mujer de la violencia doméstica impide a muchas mujeres ejercer sus derechos individuales y facilita la violencia", sentencia.

Publicado en el diario El Mundo

Texto y foto: Fran Martínez

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