La crisis, ese azote que sacude con fuerza la sociedad actual, está causando estragos en colectivos como el de los inmigrantes. Así, al menos, lo dictan cifras como la disminución en las llegadas de sin papeles en cayuco o la notable reducción de los permisos de trabajo y residencia concedidos a extranjeros en España en el último año. A ello, además, se le añade también ahora el aumento de los denominados pisos patera, que según denuncian varios colectivos de inmigrantes, proliferan cada vez más en Canarias.
Se trata de viviendas habitualmente ubicadas en barrios obreros de la zona metropolitana y el Sur de las islas capitalinas, que pueden llegan a albergar hasta una veintena de personas en menos de cien metros cuadrados. En otros casos, cuando los pisos son de apenas 50 metros, llegan a acoger hasta una decena de extranjeros. "Es una realidad que permanece en la sombra y nadie se atreve a denunciar, pero está ahí", aseguran a este periódico desde la Federación estatal de asociaciones de inmigrantes y refugiados en España (FERINE).
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