Una semana después de las denuncias de Yayá Touré, marfileño del
Manchester City, que aseguró el miércoles pasado haber escuchado
cánticos racistas en el estadio del CSKA de Moscú, la UEFA
ha acordado cerrar una parte del Arena Khimki, en el que juega el club
ruso, por el comportamiento de sus aficionados. La Comisión de Control y
Disciplina del organismo europeo ha señalado que el sector D del
recinto permanecerá clausurado durante un partido de Liga de Campeones,
el que enfrente al equipo moscovita contra el Bayern de Múnich el 27 de
noviembre.
Tras el encuentro de la semana pasada, perteneciente a la tercera jornada de la fase de grupos de la Champions y que terminó con victoria del equipo visitante (1-2), Yayá Touré denunció cánticos racistas por parte de un sector de la grada. La UEFA aseguró entonces que abriría un proceso disciplinario, que ha resuelto este miércoles. Con la decisión, el máximo organismo del fútbol europeo reitera que aplicará una política de tolerancia cero contra las actitudes xenófobas en los estadios. "Todas las formas de comportamientos racistas se consideran serias ofensas contra las regulaciones disciplinarias y se castigan con las sanciones más severas", ha señalado la UEFA en un comunicado.
"Tras la entrada en vigor de la nueva normativa disciplinaria, se ha reforzado la lucha contra actitudes racistas, que conllevarán sanciones más severas". La clausura parcial de un estadio es la sanción mínima por racismo que contempla la nueva normativa. De seguir el comportamiento por parte de los seguidores del CSKA, el equipo se vería obligado a cerrar todo el recinto y a pagar una multa a la UEFA de 50.000 euros. Touré señaló el comportamiento al árbitro y al final del partido aseveró que "la UEFA tiene que ser dura", a la vez que apremió al organismo a cerrar el campo del CSKA durante varios partidos. Entonces también advirtió de la posibilidad de que los jugadores africanos boicotearan el Mundial de 2018, que se disputará en Rusia, si el país sigue tolerando estos comportamientos.
Publicado en el diario El País
Tras el encuentro de la semana pasada, perteneciente a la tercera jornada de la fase de grupos de la Champions y que terminó con victoria del equipo visitante (1-2), Yayá Touré denunció cánticos racistas por parte de un sector de la grada. La UEFA aseguró entonces que abriría un proceso disciplinario, que ha resuelto este miércoles. Con la decisión, el máximo organismo del fútbol europeo reitera que aplicará una política de tolerancia cero contra las actitudes xenófobas en los estadios. "Todas las formas de comportamientos racistas se consideran serias ofensas contra las regulaciones disciplinarias y se castigan con las sanciones más severas", ha señalado la UEFA en un comunicado.
"Tras la entrada en vigor de la nueva normativa disciplinaria, se ha reforzado la lucha contra actitudes racistas, que conllevarán sanciones más severas". La clausura parcial de un estadio es la sanción mínima por racismo que contempla la nueva normativa. De seguir el comportamiento por parte de los seguidores del CSKA, el equipo se vería obligado a cerrar todo el recinto y a pagar una multa a la UEFA de 50.000 euros. Touré señaló el comportamiento al árbitro y al final del partido aseveró que "la UEFA tiene que ser dura", a la vez que apremió al organismo a cerrar el campo del CSKA durante varios partidos. Entonces también advirtió de la posibilidad de que los jugadores africanos boicotearan el Mundial de 2018, que se disputará en Rusia, si el país sigue tolerando estos comportamientos.
Publicado en el diario El País
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