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jueves, 17 de octubre de 2013

Detienen y deportan a una niña gitana de 15 años en una excursión escolar

La detención y expulsión de Francia a Kosovo de una niña gitana de 15 años durante una excursión escolar desató ayer una intensa polémica en Francia y volvió a colocar en el centro de las críticas la política de inmigración del ministro del Interior, el socialista Manuel Valls. El martes trascendió el arresto el pasado 9 de octubre y la posterior deportación de Leonarda Dibrani, una niña que residía en Levier, en el este de Francia, donde la menor vivía desde hacía casi cinco años. Según los docentes de su colegio, fue el alcalde de ese pueblo de menos de 2.000 habitantes, Albert Jeannin, quien dio la orden al autobús de detenerse en un aparcamiento, donde gendarmes detuvieron a la menor.


Leonarda, que cursaba tercero en el colegio André Malraux de Pontarlier, se dirigía con sus compañeros de clase y sus profesores a visitar la ciudad de Sochaux, cerca de la frontera suiza. Según el blog Red de Educación sin Fronteras, que sacó a la luz la noticia, un profesor le pidió a los agentes que esperasen a que se alejara el autobús, para que el resto de niños no vieran a Leonarda entrar llorando en el coche de policía. La niña fue expulsada al día siguiente con su madre y sus cinco hermanos. Su padre había sido deportado a Kosovo un día antes.

El titular de Interior, muy criticado por su “firmeza” a la hora de ordenar expulsiones entre los cerca de 20.000 gitanos del este de Europa que viven en Francia, defendió la actuación de las fuerzas del orden, que actuaron “respetando escrupulosamente los derechos de los extranjeros que tiene una orden de abandono”. Sin embargo, el asunto le ha generado tantas críticas incluso dentro del Gobierno y de su partido Valls se ha visto obligado a abrir una investigación administrativa sobre la detención, a petición del primer ministro, Jean-Marc Ayrault.

El más rotundo en su oposición a la detención y expulsión de la menor fue el ministro de Educación, Vincent Peillon, que pidió que se convierta los colegios en una especie de “santuarios” y que en el futuro se mantengan “los principios de los derechos y los principios de la humanidad” para que no se repitan este tipo de hechos. El presidente de la Asamblea Nacional, Claude Bartolone, utilizó las redes sociales para pedir que se respeten “valores con los que la izquierda no sabría transigir sin perder su alma”. El jefe del grupo socialista también se pronunció en contra del ministro.

Publicado en el diario Deia

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