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martes, 22 de octubre de 2013

La nieta mulata del ario más cruel

Imagine que entra en una biblioteca y tras hojear un libro descubre que es la nieta de uno de los nazis más crueles y sanguinarios de las SS. Eso es lo que le ocurrió a Jennifer Teege y aún está asimilando la noticia. Esta creativa publicitaria nacida en Hamburgo hace 43 años sintió curiosidad por aquel viejo ejemplar porque la mujer de la portada le resultaba familiar. Y no podía ser más familiar. Era su madre: Monika, la hija de Amon Goeth, el comandante del campo de concentración de Plaszow (Polonia) conocido por su férrea defensa de la raza aria y por su sádica afición como francotirador. Para divertirse, Goeth solía disparar a niños, mujeres y ancianos desde el balcón de su casa, cercana al campo. Luego hacía ejecutar a la familia porque "no quería gente insatisfecha".

En 1993, el actor Ralph Fiennes dio vida a tan siniestro personaje en la película La lista de Schindler y su nombre se hizo mundialmente conocido. Cuando Teege supo que ese monstruo era su abuelo sufrió un fuerte shock emocional, quizá acrecentado por el hecho de que es una mujer mulata. "Mi abuelo me habría matado. Voy en contra de todos sus principios", aseguró en una entrevista a la BBC. Durante 38 años vivió ajena al oscuro pasado de su antecesor porque de pequeña perdió el contacto con su familia biológica. Teege nació como fruto de una relación entre Monika Hertwig –se cambió el apellido– y un estudiante nigeriano. A las pocas semanas de nacer fue abandonada en un orfelinato y escasas veces recibía la visita de su madre por razones que ahora se hacen evidentes. A los siete años una familia la adoptó y nunca volvió a saber nada de sus padres biológicos hasta que hace cinco años, cuando se topó por azar con su árbol genealógico.

"Yo era una persona normal y de repente me convertí en la nieta de Amon Goeth", dice Teege, quien afirma que le ha sido difícil integrar este descubrimiento sobre todo tras saber que ha vivido rodeada de los descendientes de las víctimas de su abuelo. Y es que se da la extraña casualidad de que estudió cuatro años en Israel. "No tenemos nada en común, sólo la sangre. Y la sangre no significa nada", explica ante el horror que le supone compartir genética con el Carnicero de Plaszow. Lamenta haber descubierto sus orígenes a los 38 porque cree que de haberlo sabido de niña, todo habría sido más fácil.

A modo de catarsis ha decidido contar su historia en un libro titulado Amon. Mi abuelo me habría matado en el que junto a la periodista Nikola Sellmair investiga el pasado de su familia y los lugares que marcaron su infancia. Para lograrlo tuvo que viajar a Polonia e Israel en busca de respuestas e incluso se reencontrarse con su madre biológica, a la que hacía años que no veía. Teege ha tenido que revolver en la macabra historia nazi para recuperar su identidad enterrada por la vergüenza y el silencio.

Publicado en el diario El Mundo
Autor: Rocío Galván

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