Jesús Damián Martín, vecino del pueblo canario de Playa de Santiago (La Gomera), que
perdió la vista a los 22 años, denuncia las trabas de las que es objeto y
los malos tratos que recibe su perra guía, Quety, y asegura que no se
siente apoyado por la sociedad. El invidente comenta que tanto en su municipio como en San
Sebastián ha sufrido percances de los que ha dado cuenta a las
autoridades e interpuesto reclamaciones ante la oficina del consumidor. Concreta que, entre otros problemas, le han impedido la entrada a
establecimientos comerciales con su perra lazarillo, la única que hay en
La Gomera, y con la que, según la ley, puede entrar a todos los sitios
incluidos hoteles, hospitales, barcos o supermercados.
Jesús Damián Martín también denuncia la falta de sensibilidad por parte de vecinos que echan azufre en lugares por donde pasea con la perra y pide que la gente sea más sociable y comprensiva. Califica de “muy fuerte” que en pleno siglo XXI no se tenga conciencia de lo que es un perro guía y lamenta que la sociedad no comprenda a las personas con deficiencia visual. La gente tiene que padecer en propia piel o en su familia la consecuencia de una discapacidad para que entienda y comprenda, afirma.
Jesús Damián Martín perdió la vista en diciembre de 1991 a consecuencia de una diabetes y desde el año siguiente comenzó su lucha para que la ONCE le diera un perro guía, algo que “no es fácil y para lo que hay que pasar por muchas pruebas”. “Primero tienes que estar bien adiestrado con el bastón, tener una buena orientación y pasar 20 días de pruebas a ver si eres apto para tenerlo”, explica. Hace dos años le concedieron a Quety (fue él solo a buscarla a Madrid) y afirma que la vida le ha cambiado al cien por cien y “ojalá la hubiera tenido antes; es una compañía y está en todo momento pendiente de mí”, señala.
Jesús Damián Martín vive solo con su perra en su casa de Playa de Santiago, donde se ocupa de todas las labores personales y domesticas, y va a pescar en barco con su hermano “a mano y con tres anzuelos”. Asegura que tiene una relación “estrechísima” con Quety “ella es mis ojos, es como mi hija, es sociable sobre todo con los niños, cariñosa, tranquila, pacífica y da la vida por mí”, indica. Quety le guía a todos lados, “si ve un peligro, aunque la obligues no camina” y con ella viaja en guagua, barco y avión. Martín afirma que no le gustaría volver a ver el mundo “tal y como está hoy” y sólo pide una compañera para compartir su vida, paz, armonía y comprensión.
Fuente y foto: EFE
Jesús Damián Martín también denuncia la falta de sensibilidad por parte de vecinos que echan azufre en lugares por donde pasea con la perra y pide que la gente sea más sociable y comprensiva. Califica de “muy fuerte” que en pleno siglo XXI no se tenga conciencia de lo que es un perro guía y lamenta que la sociedad no comprenda a las personas con deficiencia visual. La gente tiene que padecer en propia piel o en su familia la consecuencia de una discapacidad para que entienda y comprenda, afirma.
Jesús Damián Martín perdió la vista en diciembre de 1991 a consecuencia de una diabetes y desde el año siguiente comenzó su lucha para que la ONCE le diera un perro guía, algo que “no es fácil y para lo que hay que pasar por muchas pruebas”. “Primero tienes que estar bien adiestrado con el bastón, tener una buena orientación y pasar 20 días de pruebas a ver si eres apto para tenerlo”, explica. Hace dos años le concedieron a Quety (fue él solo a buscarla a Madrid) y afirma que la vida le ha cambiado al cien por cien y “ojalá la hubiera tenido antes; es una compañía y está en todo momento pendiente de mí”, señala.
Jesús Damián Martín vive solo con su perra en su casa de Playa de Santiago, donde se ocupa de todas las labores personales y domesticas, y va a pescar en barco con su hermano “a mano y con tres anzuelos”. Asegura que tiene una relación “estrechísima” con Quety “ella es mis ojos, es como mi hija, es sociable sobre todo con los niños, cariñosa, tranquila, pacífica y da la vida por mí”, indica. Quety le guía a todos lados, “si ve un peligro, aunque la obligues no camina” y con ella viaja en guagua, barco y avión. Martín afirma que no le gustaría volver a ver el mundo “tal y como está hoy” y sólo pide una compañera para compartir su vida, paz, armonía y comprensión.
Fuente y foto: EFE
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