Amnistía Internacional (AI) denuncia, con motivo de la conmemoración el 26 de junio del Día
Internacional en Apoyo a las Víctimas de Tortura, que las mujeres y
niñas son sometidas a esta forma de violencia como consecuencia de la discriminación. Menciona en particular los casos en países como Yemen, Bahrein, China y Egipto. La ONG advierte, en un comunicado, que la tortura ataca doblemente a
mujeres, niñas y personas pertenecientes a minorías sexuales. "La
tortura es un acto basado en el abuso de poder, y la discriminación de
género facilita formas de tortura y penas crueles, inhumanas o degradantes
que tienen como objetivo de manera especial o desproporcionada a las
mujeres y las personas con identidades sexuales no mayoritarias", indica
el documento.
El grupo insta a los Estados a derogar normas discriminatorias, proteger a los grupos vulnerables de todas las formas de violencia, acabar con todas las detenciones ilegítimas. Además, les insta a no aceptar en los juicios pruebas obtenidas bajo tortura, llevar a cabo investigaciones independientes y asegurar que las víctimas tienen acceso a la justicia y a una reparación plena. De acuerdo con la organización, el mayor protagonismo que han adquirido las mujeres en las protestas contra los gobernantes ha conllevado el intento de silenciarlas, a menudo a través de la tortura.
Menciona el caso de Yemen, donde las activistas y periodistas que se manifestaron contra el Gobierno fueron perseguidas y en algunos casos recibieron palizas. Y Bahrein, donde Aayat Alqomorzi recibió descargas eléctricas en el rostro después de ser detenida por recitar poemas alusivos al rey bahreiní durante las protestas de 2011. Asimismo, AI recuerda que en China, la abogada Ni Yulan, experta en casos de demolición de viviendas, recibió tal tortura que la dejó en silla de ruedas. En países como Irán o Zimbabue, las mujeres corren riesgo por ser defensoras de Derechos Humanos o activistas políticas.
AI también puntualiza que la discriminación de género está en el origen de vejaciones como las pruebas de virginidad. Es una práctica habitual durante el gobierno del expresidente egipcio Hosni Mubarak, que está reconocida como forma de tortura. Además, resalta que en los conflictos armados, las mujeres y las niñas en numerosas ocasiones son víctimas de la violencia sexual como instrumento de terror. Violaciones públicas, incesto forzado, propagación deliberada del VIH y torturas, son formas de llevarlo a cabo. Además, llegan a ser ofrecidas como 'botín' a las tropas y tratadas como esclavas sexuales. En 2010 y 2011, en la República Democrática del Congo se cometieron violaciones masivas, y en Costa de Marfil se han documentado casos de esclavitud sexual por combatientes o violaciones en público.
La ONG denuncia, además, que la mutilación genital femenina, con miras a controlar por la fuerza la sexualidad y la reproducción, afecta cada año a miles de mujeres y niñas en el mundo. La esterilización forzada, practicada en China, también puede considerarse como tortura. Asimismo, destacan aquellos casos en que las víctimas de violación son obligadas a contraer matrimonio con sus agresores. "El matrimonio forzado y a edad temprana no sólo es discriminatorio, sino que puede equivaler a tortura y esclavitud sexual", indican. Según Naciones Unidas, en el 56% de las bodas celebradas en Afganistán la novia tiene menos de 16 años.
A Amnistía Internacional también le preocupan las restricciones en el acceso al aborto. Especialmente cuando la continuación del embarazo supone un riesgo para la vida de la mujer o cuando la gestación es producto de una violación. Menciona el caso de una mujer niaragüense a quien le negaron un aborto terapéutico que necesitaba para recibir tratamiento contra el cáncer. "AI considera que la prohibición total del aborto constituye una violación de los Derechos Humanos de mujeres y niñas, incluido el derecho a no sufrir tortura o trato cruel, inhumano o degradante", señala la organización.
Por otro lado, AI llama la atención sobre las violaciones de Derechos Humanos que pueden constituir tortura aplicadas en algunos países contra homosexuales. Destaca la denominada violación 'correctiva' o 'curativa' de lesbianas con la supuesta intención de modificar su orientación sexual, o los exámenes anales de gays bajo custodia con el fin de 'demostrar' su homosexualidad. Subrayan el caso de Uganda, donde ser homosexual es un delito que se castiga con cadena perpetua y los activistas son perseguidos y torturados. En 2011, David Kato fue asesinado después de que un periódico ugandés publicara una lista de 100 homosexuales y pidiera ahorcarlos. En Honduras son víctimas de constantes malos tratos, y los homicidios de mujeres transgénero, como Jazmín Zelaya o Cintia Nicole Moreno, ni siquiera se investigan.
Fuente: Europa Press
El grupo insta a los Estados a derogar normas discriminatorias, proteger a los grupos vulnerables de todas las formas de violencia, acabar con todas las detenciones ilegítimas. Además, les insta a no aceptar en los juicios pruebas obtenidas bajo tortura, llevar a cabo investigaciones independientes y asegurar que las víctimas tienen acceso a la justicia y a una reparación plena. De acuerdo con la organización, el mayor protagonismo que han adquirido las mujeres en las protestas contra los gobernantes ha conllevado el intento de silenciarlas, a menudo a través de la tortura.
Menciona el caso de Yemen, donde las activistas y periodistas que se manifestaron contra el Gobierno fueron perseguidas y en algunos casos recibieron palizas. Y Bahrein, donde Aayat Alqomorzi recibió descargas eléctricas en el rostro después de ser detenida por recitar poemas alusivos al rey bahreiní durante las protestas de 2011. Asimismo, AI recuerda que en China, la abogada Ni Yulan, experta en casos de demolición de viviendas, recibió tal tortura que la dejó en silla de ruedas. En países como Irán o Zimbabue, las mujeres corren riesgo por ser defensoras de Derechos Humanos o activistas políticas.
AI también puntualiza que la discriminación de género está en el origen de vejaciones como las pruebas de virginidad. Es una práctica habitual durante el gobierno del expresidente egipcio Hosni Mubarak, que está reconocida como forma de tortura. Además, resalta que en los conflictos armados, las mujeres y las niñas en numerosas ocasiones son víctimas de la violencia sexual como instrumento de terror. Violaciones públicas, incesto forzado, propagación deliberada del VIH y torturas, son formas de llevarlo a cabo. Además, llegan a ser ofrecidas como 'botín' a las tropas y tratadas como esclavas sexuales. En 2010 y 2011, en la República Democrática del Congo se cometieron violaciones masivas, y en Costa de Marfil se han documentado casos de esclavitud sexual por combatientes o violaciones en público.
La ONG denuncia, además, que la mutilación genital femenina, con miras a controlar por la fuerza la sexualidad y la reproducción, afecta cada año a miles de mujeres y niñas en el mundo. La esterilización forzada, practicada en China, también puede considerarse como tortura. Asimismo, destacan aquellos casos en que las víctimas de violación son obligadas a contraer matrimonio con sus agresores. "El matrimonio forzado y a edad temprana no sólo es discriminatorio, sino que puede equivaler a tortura y esclavitud sexual", indican. Según Naciones Unidas, en el 56% de las bodas celebradas en Afganistán la novia tiene menos de 16 años.
A Amnistía Internacional también le preocupan las restricciones en el acceso al aborto. Especialmente cuando la continuación del embarazo supone un riesgo para la vida de la mujer o cuando la gestación es producto de una violación. Menciona el caso de una mujer niaragüense a quien le negaron un aborto terapéutico que necesitaba para recibir tratamiento contra el cáncer. "AI considera que la prohibición total del aborto constituye una violación de los Derechos Humanos de mujeres y niñas, incluido el derecho a no sufrir tortura o trato cruel, inhumano o degradante", señala la organización.
Por otro lado, AI llama la atención sobre las violaciones de Derechos Humanos que pueden constituir tortura aplicadas en algunos países contra homosexuales. Destaca la denominada violación 'correctiva' o 'curativa' de lesbianas con la supuesta intención de modificar su orientación sexual, o los exámenes anales de gays bajo custodia con el fin de 'demostrar' su homosexualidad. Subrayan el caso de Uganda, donde ser homosexual es un delito que se castiga con cadena perpetua y los activistas son perseguidos y torturados. En 2011, David Kato fue asesinado después de que un periódico ugandés publicara una lista de 100 homosexuales y pidiera ahorcarlos. En Honduras son víctimas de constantes malos tratos, y los homicidios de mujeres transgénero, como Jazmín Zelaya o Cintia Nicole Moreno, ni siquiera se investigan.
Fuente: Europa Press
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