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viernes, 1 de junio de 2012

Los refugiados de Dadaab, bajo la mirada del Premio Nacional de Fotoperiodismo

Daniel Pozo ha ganado el Premio Nacional de Fotoperiodismo 2012 por una fotografía tomada en el hospital de MSF en Dagahaley. La imagen muestra a Libean Mukpar, un refugiado somalí de 8 años y menos de 15 kilos de peso. El fotógrafo ha centrado su trabajo en este campo de refugiados de Dadaab, en Kenia. Cuenta en la actualidad con 465.334 habitantes (100.000 más que hace un año por estas fechas). Siguen teniendo el triste honor de ser el conjunto de campos de refugiados más grande del mundo.

Más de 20 años de violencia en Somalia y las penurias causadas por el colapso social y económico, han contribuido a que las vidas de centenares de miles de somalíes sean imposibles en el interior de su país. Sin divisarse el final del conflicto en un futuro próximo, el número de refugiados que huyen hacia Kenia y hacia otros países del Cuerno de África sigue creciendo. Su número ronda ya el millón de personas. Médicos Sin Fronteras (MSF), que ha trabajado allí desde 1992 hasta 2004, y desde 2009 hasta la actualidad, constató a principios de 2011 la preocupante situación sanitaria y nutricional de los nuevos refugiados que estaban llegando.


Las decenas de miles de personas que se asentaban durante aquellos días en las afueras de los campos sufrían unas condiciones de vida inhumanas. Además, presentaban tasas de desnutrición que lindaban el umbral de emergencia. Esto llevó a la organización a denunciar públicamente y en repetidas ocasiones su situación. Durante los siguientes seis meses, el número de llegadas a los campos se desbordó a causa de la acuciante sequía que azotaba la región. Las tasas de desnutrición se duplicaron, y en junio de 2011 una quinta parte de los niños menores de 5 años presentaban desnutrición aguda.

MSF respondió a la emergencia duplicando el tamaño de su hospital en el campo de Dagahaley. Habilitó un nuevo centro de nutrición terapéutica intensiva de 200 camas y construyó nuevos puestos de salud en otros campos. Los meses de agosto y septiembre, como resultado de las actividades de incidencia pública y de la atención mediática sobre Dadaab, las extremas condiciones de vida de los refugiados empezaron a mejorar. Hubo una respuesta positiva tanto por parte de la comunidad internacional como de las organizaciones de ayuda. Ambas aumentaron su asistencia a las personas que vivían en los campos y a las asentadas en la periferia de los mismos.

Sin embargo, desde octubre de 2011, la situación ha vuelto a empeorar drásticamente por el deterioro del contexto de seguridad en la zona. La ayuda humanitaria comenzó a disminuir y el registro de nuevas llegadas se interrumpió temporalmente. Hoy, el volumen de actividades en el hospital de MSF en el campo de Dagahaley sigue siendo muy alto, con cerca de 10.000 consultas, 1.000 hospitalizaciones y 250 partos atendidos cada mes. Hay más de 2.400 niños con desnutrición severa registrados en el programa nutricional. Uno de cada 12 niños la padece. Los refugiados que viven en Dadaab necesitan protección y atención mientras dure su estancia en los campos. Cientos de miles de refugiados dependen del sistema de ayuda y de los gobiernos anfitriones para asegurar que sus derechos humanos sean respetados.

Publicado en ElMundo.es
Foto: Daniel Pozo

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