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jueves, 26 de noviembre de 2009

El Estado irlandés pide perdón por su connivencia con los sacerdotes pederastas

Por segunda vez en sólo unos meses, Irlanda ha conocido un informe escalofriante sobre abusos cometidos por miembros de la jerarquía católica. En mayo un documento desveló el abuso sistemático al que fueron sometidos durante décadas los niños acogidos en inclusas y orfanatos religiosos. Hoy el Gobierno irlandés ha publicado un segundo informe sobre los abusos cometidos en la archidiócesis de Dublín.

El documento lo ha presentado el ministro de Justicia, Dermot Ahern, y consta de más de 700 páginas que abarcan un periodo entre 1975 y 2004. En ninguna de ellas aparecen los nombres de las víctimas o de los agresores, suprimidas para no invalidar futuros procesos judiciales. Elaborado por una comisión independiente, el informe se centra en 46 casos. La orden de los Hermanos Cristianos ya ha prometido 145 millones de euros a modo de reparación.

El informe es tremendamente embarazoso para la jerarquía de la Iglesia católica irlandesa, a la que acusa de encubrir sistemáticamente los casos de abusos y pederastia para "mantener el secreto, evitar el escándalo y proteger su reputación". El documento excluye de este juicio al actual arzobispo de Dublín, Diarmuid Martin. No así a sus predecesores desde 1975. Incluidos los prelados John Charles McQuaid, Dermot Ryan, Kevin McNamara y Desmond Connell. "Ninguno de ellos", dice el informe, "llevó a la policía los abusos en los años 60, 70 y 80. No fue hasta noviembre de 1995 cuando el arzobispo Connell permitió que se entregaran a las autoridades los nombres de 17 sacerdotes de los que la archidiócesis había recibido quejas. E incluso ese dato no era completo, porque en ese momento se sabía que en la archidiócesis había quejas al menos de 28 sacerdotes".

Ahern ha anunciado que el Gobierno ha habilitado dos líneas telefónicas especiales para ofrecer apoyo psicológico a las víctimas que puedan verse afectadas por la publicación del informe y ha animado a quien conozca detalles de más abusos eclesiásticos de acudir a declarar a la policía. "Cualquier información nueva se tendrá en cuenta"; ha afirmado, "debe de haber gente ahí fuera que sepa lo que ha ocurrido y pueda llevar a los agresores ante la Justicia".

El informe se refiere precisamente a las denuncias de abusos a la policía y asegura que hasta ahora éstas no han funcionado. Básicamente por el servilismo atávico del Estado irlandés para con la Iglesia, que ha evitado que los escándalos se investiguen como es debido. En el caso de un niño de 11 años conocido como Andrew, por ejemplo, un sacerdote que supo de los abusos fue a denunciar lo ocurrido, pero los agentes llevaron el caso a la jerarquía eclesiástica, que echó tierra sobre el caso. El ministro Ahern se disculpó en nombre del Estado por lo ocurrido y dijo que la crudeza del informe no debería ensombrecer el trabajo "de miles de sacerdotes honrados" que han perseguido y denunciado los abusos.

Publicado en el diario El Mundo

Autor: Eduardo Suárez

Foto: EFE

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