Cada año, la población de Níger se ve afectada por una crisis nutricional que alcanza su pico entre mayo y septiembre, pero la magnitud de la crisis en 2010 resulta particularmente preocupante. Más de 77.000 niños con desnutrición severa han sido tratados en lo que va de año en los 69 centros nutricionales apoyados por Médicos Sin Fronteras (MSF) y su contrapartes FORSANI (Forum Santé Niger) y BEFEN/ALIMA (Bien-être de la Femme et de l’Enfant au Niger).
“Debido al abrumador número de niños con desnutrición severa que necesitan tratamiento, las estructuras médicas gestionadas por el Ministerio de Salud están sobrecargadas. El estado de salud de estos niños a menudo es critico, lo que incrementa el riesgo de muerte. Incluso en la situación más optimista, las tasas de mortalidad en los programas nutricionales son todavía altas, oscilando del 3 al 4%”, afirma Patrick Barbier, coordinador general de MSF en Níger. “Por este motivo, resulta crucial prevenir la desnutrición”.
Además de proporcionar tratamiento a los niños con desnutrición severa, MSF está distribuyendo alimentos suplementarios preparados a más de 143.000 niños; una medida que se considera crucial para hacer frente a crisis nutricionales recurrentes como las que se dan en Níger. Estos productos, que los equipos llevan distribuyendo desde el pasado mes de julio, contienen leche, minerales y vitaminas y están adaptados a las necesidades de niños en la primera infancia. El plan ha sido elaborado junto con el Gobierno de Níger, el Programa para la Alimentación Mundial (PAM) y UNICEF, y la distribución está siendo implementada en cinco distritos en colaboración con varias organizaciones locales.
“Prevenir es encontrar la mejor forma de impedir que los niños contraigan desnutrición severa año tras año, disminuyendo la carga financiera, médica y logística creada por el tratamiento de tantos niños enfermos”, explica la doctora Susan Shepherd, Coordinadora del grupo de trabajo sobre nutrición de MSF. La distribución de los suplementos alimenticios a gran escala este año representa un gran paso en la respuesta preventiva a las emergencias nutricionales en Níger. Sin embargo, la naturaleza recurrente de las crisis nutricionales en el país requiere que estas estrategias preventivas sean integradas a la lucha contra la desnutrición de forma más permanente.
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