El debate y el voto que se celebrará este martes en el Senado francés sobre la prohibición del velo integral en todos los espacios públicos, incluida la calle, puede constituir el último trámite para la adopción de un proyecto de ley que ha generado mucha polémica pero poca oposición política. Si el texto del proyecto de ley, como se prevé, no es modificado por los senadores, el voto de esta tarde constituiría su adopción definitiva por el Parlamento francés, y su entrada en vigor sería a lo sumo cuestión de semanas.
En caso de que haya algunas modificaciones, la proposición legislativa habría de volver a la Asamblea Nacional para una segunda lectura, que retrasaría su aplicación. La Asamblea Nacional aprobó el proyecto de ley el pasado 13 de julio por una amplísima mayoría de 355 sufragios a favor y sólo uno en contra debido a que buena parte de los diputados de izquierdas decidieron boicotear el voto no por oponerse al objetivo, sino porque consideran que hay un riesgo jurídico de que se declare inconstitucional.
Su primer artículo establece que "nadie puede llevar, en un espacio público, una vestimenta destinada a disimular su cara" en alusión directa al burka o al niqab. Como siempre habrá excepciones, por ejemplo por la obligación de los motoristas de llevar cascos o la posibilidad de que un testigo declare anónimamente en un juicio. Los castigos más duros, que serán de aplicación inmediata, serán para aquellos que obliguen a una mujer a taparse el rostro con un velo integral, ya que podrán ser condenados hasta a un año de cárcel y a multas de hasta 30.000 euros.
Las mujeres que usen el burka o el niqab -que sólo dejan a la vista los ojos- podrán ser multadas con 150 euros, pero sólo seis meses después de la entrada en vigor de la ley, para dar tiempo a la "pedagogía" y a la "mediación", según los términos utilizados por el Gobierno.
Fuente: EFE
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