Como cada año, Amnistía Internacional y la Comunidad de
Sant'Egidio salen a la calle para iluminar edificios significativos como
símbolo de rechazo a la pena de muerte. Las organizaciones celebran el
30 de noviembre la Jornada Mundial Ciudades por la Vida, y se
suman a una iniciativa que tiene lugar en más de 1600 ciudades de 89
países, desde Roma, París, Dublín, Vancouver, Minsk o
Bruselas, hasta Nairobi, entre otras. En España, más
de 20 ciudades, entre las que destacan Madrid, Barcelona, Málaga,
Bilbao, Santa Cruz de Tenerife, Logroño o Palma de Mallorca,
llevarán a cabo actos conmemorativos para pedir el fin de este castigo
cruel, inhumano y degradante.
Aunque la tendencia mundial es caminar hacia la abolición y en la actualidad sólo uno de cada diez países del mundo lleva a cabo ejecuciones, todavía quedan en el corredor de la muerte alrededor de 23.000 personas en 58 países. Del total de personas ejecutadas en el mundo en el último año, exceptuando China, tres cuartas partes lo fueron en sólo tres países: Arabia Saudí, Iraq e Irán. Oriente Próximo es, sin duda, la región donde más ha aumentado el número de personas ejecutadas, casi un 50% más respecto al año pasado.
Un claro ejemplo de este aumento es Irán, donde en lo que llevamos transcurrido del año 2013, se cree que las autoridades iraníes han ejecutado a un total de al menos 508 personas. China es otro de los países que nos preocupan: el gigante asiático continúa ejecutando a miles de personas tras un muro de secretismo. La ausencia de datos estadísticos oficiales conduce a cálculos estimados, pero se cree que las ejecuciones durante 2012 fueron miles. Otros países, como Gambia, India, Indonesia, Kuwait, Nigeria, Pakistán y, más recientemente Vietnam, han reanudado las ejecuciones entre agosto de 2012 y agosto de 2013. En muchos casos, las autoridades de estos países justifican esta reanudación de las ejecuciones como una medida para reducir los elevados índices de delincuencia.
Aunque la tendencia mundial es caminar hacia la abolición y en la actualidad sólo uno de cada diez países del mundo lleva a cabo ejecuciones, todavía quedan en el corredor de la muerte alrededor de 23.000 personas en 58 países. Del total de personas ejecutadas en el mundo en el último año, exceptuando China, tres cuartas partes lo fueron en sólo tres países: Arabia Saudí, Iraq e Irán. Oriente Próximo es, sin duda, la región donde más ha aumentado el número de personas ejecutadas, casi un 50% más respecto al año pasado.
Un claro ejemplo de este aumento es Irán, donde en lo que llevamos transcurrido del año 2013, se cree que las autoridades iraníes han ejecutado a un total de al menos 508 personas. China es otro de los países que nos preocupan: el gigante asiático continúa ejecutando a miles de personas tras un muro de secretismo. La ausencia de datos estadísticos oficiales conduce a cálculos estimados, pero se cree que las ejecuciones durante 2012 fueron miles. Otros países, como Gambia, India, Indonesia, Kuwait, Nigeria, Pakistán y, más recientemente Vietnam, han reanudado las ejecuciones entre agosto de 2012 y agosto de 2013. En muchos casos, las autoridades de estos países justifican esta reanudación de las ejecuciones como una medida para reducir los elevados índices de delincuencia.
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