La lancha neumática en la que habían zarpado los emigrantes hace
quince días de Trípoli quedó a merced del viento a medida que se iba
desinflando y, en lugar de avanzar hacia la costa italiana, lo hizo
hacia la tunecina. Perdido en alta mar, Settou, un eritreo de unos 30 años, relató en un árabe rudimentario cómo murieron sus compañeros. Un calvario de quince días.
"Éramos unos cincuenta. Se murieron de hambre, de sed, de fatiga. Los cadáveres los lanzábamos fuera de la embarcación", dijo, agregando que no había solo eritreos a bordo sino también somalíes. Fue "un calvario de quince días, en los que iban muriendo uno a uno", aseguró. Según este hombre, que precisa que casi la mitad de los muertos eran eritreos, incluidos tres familiares suyos, no había agua a bordo y sus compañeros fueron muriendo de deshidratación, después de intentar sobrevivir muchos de ellos bebiendo agua del mar.
"Fue gracias a Dios" que pude sobrevivir, prosiguió este hombre enclenque, que dice estar cansado, pero contento.
Su vida también se la debe a pescadores tunecinos que lo encontraron la noche del pasado lunes frente a las costas de Túnez, agarrado a restos de una embarcación y un bidón, con síntomas de congelación y deshidratación. Lo entregaron a los guardacostas, quienes lo llevaron al hospital en Zarzis, al suroeste de Túnez. Después de dos días en el centro médico, Settou salió en la mañana de ayer y, al no tener papeles, quedó a cargo de Acnur. Según la oficina de la agencia de la ONU en Italia, este año, 170 personas han muerto o han sido dadas por desaparecidas tratando de llegar a Europa. Una embarcación que transportaba a 50 eritreos y somalíes fue interceptada el pasado lunes por la marina maltesa, pero los emigrantes rechazaron toda asistencia y decidieron continuar hasta Italia, precisó Acnur. Según esta agencia, este año unos 1.300 indocumentados han llegado a Italia por mar desde Libia. Cerca de un millar consiguieron alcanzar Malta.
Publicado en el diario La Voz de Galicia
"Éramos unos cincuenta. Se murieron de hambre, de sed, de fatiga. Los cadáveres los lanzábamos fuera de la embarcación", dijo, agregando que no había solo eritreos a bordo sino también somalíes. Fue "un calvario de quince días, en los que iban muriendo uno a uno", aseguró. Según este hombre, que precisa que casi la mitad de los muertos eran eritreos, incluidos tres familiares suyos, no había agua a bordo y sus compañeros fueron muriendo de deshidratación, después de intentar sobrevivir muchos de ellos bebiendo agua del mar.
"Fue gracias a Dios" que pude sobrevivir, prosiguió este hombre enclenque, que dice estar cansado, pero contento.
Su vida también se la debe a pescadores tunecinos que lo encontraron la noche del pasado lunes frente a las costas de Túnez, agarrado a restos de una embarcación y un bidón, con síntomas de congelación y deshidratación. Lo entregaron a los guardacostas, quienes lo llevaron al hospital en Zarzis, al suroeste de Túnez. Después de dos días en el centro médico, Settou salió en la mañana de ayer y, al no tener papeles, quedó a cargo de Acnur. Según la oficina de la agencia de la ONU en Italia, este año, 170 personas han muerto o han sido dadas por desaparecidas tratando de llegar a Europa. Una embarcación que transportaba a 50 eritreos y somalíes fue interceptada el pasado lunes por la marina maltesa, pero los emigrantes rechazaron toda asistencia y decidieron continuar hasta Italia, precisó Acnur. Según esta agencia, este año unos 1.300 indocumentados han llegado a Italia por mar desde Libia. Cerca de un millar consiguieron alcanzar Malta.
Publicado en el diario La Voz de Galicia
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