Miles de mujeres en el mundo contraen matrimonio forzoso,
es decir, son obligadas a casarse en contra de su voluntad con hombres
que en muchos casos no han visto nunca. Esos enlaces concertados por los
familiares, que afectan tanto a mujeres adultas como a niñas, se
producen al amparo de tradiciones culturales que en realidad esconden
una vida plagada de amenazas, agresiones y violaciones. En Europa estas
prácticas son vistas tanto por la sociedad como por las administraciones
como algo lejano y propio de países musulmanes anclados en el pasado.
Sin embargo, la inmigración ha traído consigo estas 'bodas por honor' al
Viejo continente. Ahora el Reino Unido ha decidido unirse al exiguo
grupo de países que tipifica esas uniones como delitos penales. España
no está, de momento, entre ellos.
Un estudio de Unicef señala que hay 60 millones de niñas
que son víctimas potenciales de estos matrimonios, que todavía son
costumbre en unos cien países. En el Reino Unido, los duros testimonios
de algunas jóvenes paquistaníes relatando el calvario vivido en estos
matrimonios forzados han obligado al Gobierno de David Cameron a mover
ficha contra lo que han calificado como "una esclavitud". En este país
las autoridades calculan que se producen unos 8.000 casos al año. El
proyecto de ley se espera que sea aprobado a finales de año o a
comienzos de 2013. Se aplicará en Inglaterra, Gales e Irlanda del Norte.
En Escocia ya existe una legislación al respecto que castiga este
delito con dos años de cárcel.
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