Las enfermedades prevenibles y la desnutrición aguda severa están causando un alarmante número de muertes entre los alrededor de 45.000 desplazados que han buscado refugio en la base de Naciones Unidas en Bentiu, Sudán del Sur. Médicos Sin Fronteras (MSF) reclama un mayor esfuerzo para mejorar el suministro de agua y para que se incrementen las actividades de promoción de la higiene. Asimismo, la organización médica internacional alerta de la necesidad urgente de construir un mayor número de letrinas en el campo.
La incesante violencia en el Estado de Unidad ha hecho que el número de personas que buscan protección en la base se haya multiplicado por diez en los últimos dos meses, mientras que las recientes inundaciones de las últimas semanas han dejado a la zona sin suficiente agua limpia ni servicios de saneamiento. Los informes llevados a cabo por MSF indican que por lo menos tres niños menores de 5 años mueren cada día dentro de las áreas de Protección de Civiles de Bentiu. La mayoría de muertes se deben a diarrea acuosa, neumonía y desnutrición, afecciones que se asocian a las duras condiciones de vida. "Todas estas personas vinieron en busca de seguridad y de protección, pero lo que se han encontrado aquí son unas condiciones de vida deplorables”, afirma Nora Echaibi, responsable del equipo sanitario de uno de los hospitales de MSF en la zona. “Las cosas están empeorando día tras día. El campo se está convirtiendo en una zona catastrófica a una velocidad de vértigo”.
Las intensas lluvias de las últimas semanas han llevado al límite una situación que ya era de por sí desalentadora, inundando las letrinas y haciendo las carreteras impracticables para que los camiones cisternas distribuyan el agua. Las estructuras médicas y otras zonas donde las organizaciones de ayuda proporcionan servicios se han inundado. Desde mediados de junio, los pozos y camiones cisterna suministran tan sólo 4,4 litros de agua limpia por persona y día, muy por debajo de los estándares internacionales de 15 litros por persona y día. Los residentes en el campo se ven obligados a beber el agua de charcas que a menudo está contaminada con excrementos. De media, sólo hay una letrina por cada 241 personas. Las personas desplazadas siguen llegando cada día de las regiones de los alrededores. La mayoría lo hace en muy mal estado, tras haber caminado largas distancias o después de haber pasado mucho tiempo ocultos en el bosque sin asistencia alguna.
Además del mal estado de las carreteras a causa de las lluvias, las constantes hostilidades hacen que tampoco sea posible transitar estas rutas con vehículos. Todo ello hace que el material de ayuda tenga que ser transportado por vía aérea, lo cual tiene un coste muy elevado y limita mucho las posibilidades logísticas. El desalentador panorama podría empeorar aún más en los próximos días, ya que MSF no descarta que puedan aparecer nuevos brotes de otras enfermedades, como hepatitis y malaria. "La situación es complicada. Si queremos evitar una catástrofe, es necesario enviar más ayuda y hacer mayores esfuerzos. En la actualidad, MSF está incrementando sus capacidades hospitalarias en el campo y enviando equipos sanitarios de emergencia adicionales para intentar responder a la situación”, explica Raphael Gorgeu, director general de MSF en Sudán del Sur. “Sabemos que es complicado, pero pedimos a las organizaciones de ayuda humanitaria que hagan todo lo que esté en sus manos para mejorar las condiciones de vida en Bentiu, especialmente en lo que se refiere a la distribución de agua y al saneamiento del campo. Y por otro lado, exigimos a los grupos armados que permitan que la ayuda pueda transportarse libremente por las carreteras".
Fuente: Médicos Sin Fronteras
Foto: Fernando G. Calero
La incesante violencia en el Estado de Unidad ha hecho que el número de personas que buscan protección en la base se haya multiplicado por diez en los últimos dos meses, mientras que las recientes inundaciones de las últimas semanas han dejado a la zona sin suficiente agua limpia ni servicios de saneamiento. Los informes llevados a cabo por MSF indican que por lo menos tres niños menores de 5 años mueren cada día dentro de las áreas de Protección de Civiles de Bentiu. La mayoría de muertes se deben a diarrea acuosa, neumonía y desnutrición, afecciones que se asocian a las duras condiciones de vida. "Todas estas personas vinieron en busca de seguridad y de protección, pero lo que se han encontrado aquí son unas condiciones de vida deplorables”, afirma Nora Echaibi, responsable del equipo sanitario de uno de los hospitales de MSF en la zona. “Las cosas están empeorando día tras día. El campo se está convirtiendo en una zona catastrófica a una velocidad de vértigo”.
Las intensas lluvias de las últimas semanas han llevado al límite una situación que ya era de por sí desalentadora, inundando las letrinas y haciendo las carreteras impracticables para que los camiones cisternas distribuyan el agua. Las estructuras médicas y otras zonas donde las organizaciones de ayuda proporcionan servicios se han inundado. Desde mediados de junio, los pozos y camiones cisterna suministran tan sólo 4,4 litros de agua limpia por persona y día, muy por debajo de los estándares internacionales de 15 litros por persona y día. Los residentes en el campo se ven obligados a beber el agua de charcas que a menudo está contaminada con excrementos. De media, sólo hay una letrina por cada 241 personas. Las personas desplazadas siguen llegando cada día de las regiones de los alrededores. La mayoría lo hace en muy mal estado, tras haber caminado largas distancias o después de haber pasado mucho tiempo ocultos en el bosque sin asistencia alguna.
Además del mal estado de las carreteras a causa de las lluvias, las constantes hostilidades hacen que tampoco sea posible transitar estas rutas con vehículos. Todo ello hace que el material de ayuda tenga que ser transportado por vía aérea, lo cual tiene un coste muy elevado y limita mucho las posibilidades logísticas. El desalentador panorama podría empeorar aún más en los próximos días, ya que MSF no descarta que puedan aparecer nuevos brotes de otras enfermedades, como hepatitis y malaria. "La situación es complicada. Si queremos evitar una catástrofe, es necesario enviar más ayuda y hacer mayores esfuerzos. En la actualidad, MSF está incrementando sus capacidades hospitalarias en el campo y enviando equipos sanitarios de emergencia adicionales para intentar responder a la situación”, explica Raphael Gorgeu, director general de MSF en Sudán del Sur. “Sabemos que es complicado, pero pedimos a las organizaciones de ayuda humanitaria que hagan todo lo que esté en sus manos para mejorar las condiciones de vida en Bentiu, especialmente en lo que se refiere a la distribución de agua y al saneamiento del campo. Y por otro lado, exigimos a los grupos armados que permitan que la ayuda pueda transportarse libremente por las carreteras".
Fuente: Médicos Sin Fronteras
Foto: Fernando G. Calero
1 comentario:
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Un saludo!
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