España registró en 2013 un total de 4.502
solicitudes de asilo, casi el doble de las recibidas en 2012 (2.588),
según el informe sobre La Situación de las personas refugiadas en
España presentado este miércoles por la Comisión Española de Ayuda al
Refugiado (CEAR). De estas peticiones, se admitieron a trámite el 22% y,
de ellas, un total de 206 recibieron el estatuto de refugiado, y otras
376 protección bajo otras fórmulas. Además, se denegaron un total de
1.251 solicitudes. El incremento del número de solicitudes en España respecto al año
anterior obedece, según la organización, al "notable aumento" de
personas originarias de Mali (1.478) y Siria (725) que pidieron
protección internacional en el país, debido al recrudecimiento de los
conflictos en ambas regiones.
A los ciudadanos procedentes de ambos países les siguen los de Argelia (351), Nigeria (182), Somalia (132), Palestina (130) y Pakistán (102) como los que más peticiones de asilo realizan a España. Las solicitudes registradas en España representan el 1,03% del total de presentadas en toda la UE. Este incremento del número de solicitantes de asilo se produjo en el marco de un aumento del 6,3% del número de personas refugiadas, un total de 45,2 millones de personas el mes de enero, debido al recrudecimiento y extensión de los conflictos armados en varias regiones y de las violaciones de los Derechos Humanos, según datos de ACNUR.
Por otra parte, en comparación con los datos de España, Alemania concedió asilo como refugiadas a 10.910 personas, Francia a 8.950 y Gran Bretaña a 7.475 personas. Aún así, el informe señala que la cifra de personas que logran pedir protección en la UE "no llega a la mitad" del número de personas refugiadas en países pequeños como Líbano, que acoge a cerca de un millón de desplazados del conflicto sirio. En este sentido, el presidente de la CEAR, Carlos Berzosa, y la secretaria general de la organización, Estrella Galán, han lamentado la política de España y la UE de "priorizar" la protección ante la inmigración procedente de África y del conflicto sirio, anteponiendo este criterio a "los compromisos internacionales con el asilo y a la solidaridad que deberían tener con los refugiados".
Así, Galán ha denunciado el "abandono de expedientes" de petición de asilo por parte de la administración española "a la espera de que escampen los conflictos", así como una concepción del estatuto de refugiado "muy restrictiva" en comparación con la figura contemplada por la Convención de Ginebra de 1951. A juicio de la organización, el "criterio de prudencia" adoptado por España provoca situaciones de inseguridad y desamparo entre quienes solicitan asilo en el país. De hecho, el informe señala que, de las 4.502 personas que pidieron protección internacional, 3.609 la formalizaron en territorio nacional, solamente 381 en la frontera, 306 en un Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE) y 206 en las embajadas, aunque esta últimas son "peticiones de extensión familiar" del estatuto de refugiado por parte de familiares que ya lo han logrado en España.
El bajo número de solicitudes en las fronteras y en los CIE (687, en total) se debe a que estas, "en su mayoría son directamente denegadas", por lo que los inmigrantes que llegan a España en busca de asilo tratan de llegar a la península de forma irregular para formalizar su petición de protección allí, según han indicado los responsables del informe. "Más preocupante aún es la realidad del aeropuerto de Madrid-Barajas, el principal punto fronterizo en materia de asilo en España. Todas las solicitudes que no eran de Siria, Afganistán, Mali, Irak, Somalia y Sri Lanka, salvo 14 fueron denegadas", apunta el documento. Además, en el caso de quienes logran que su petición sea admitida a trámite en Ceuta y Melilla, se encuentran con que las autoridades impiden su traslado a la Península y, por tanto, "les condenan a aguardar una resolución positiva", por lo que en muchos casos "terminan por renunciar a la solicitud" para tratar de alcanzar la Península de forma clandestina.
Al respecto, la refugiada siria en España Rudaina Al-Kindi ha explicado que, para el solicitante de asilo en el país, pedir protección supone "vivir preguntándose si se le aceptará o no, cuándo, cuándo podrá trabajar, si conseguirá aprender el idioma...". "Nosotros no tomamos la decisión de pedir asilo, nos vimos obligados a ello, no es fácil empezar otra vida en otro país con costumbre distintas -ha explicado Al-Kindi- Antes vivía en Damasco, trabajaba en un programa de desarrollo de zonas rurales para la ONU y estudiaba Derecho, pero tuve que dejarlo. Teníamos nuestras vidas y futuro, todo pensado y planeado y ahora tenemos que empezar desde cero".
Fuente: Europa Press
A los ciudadanos procedentes de ambos países les siguen los de Argelia (351), Nigeria (182), Somalia (132), Palestina (130) y Pakistán (102) como los que más peticiones de asilo realizan a España. Las solicitudes registradas en España representan el 1,03% del total de presentadas en toda la UE. Este incremento del número de solicitantes de asilo se produjo en el marco de un aumento del 6,3% del número de personas refugiadas, un total de 45,2 millones de personas el mes de enero, debido al recrudecimiento y extensión de los conflictos armados en varias regiones y de las violaciones de los Derechos Humanos, según datos de ACNUR.
Por otra parte, en comparación con los datos de España, Alemania concedió asilo como refugiadas a 10.910 personas, Francia a 8.950 y Gran Bretaña a 7.475 personas. Aún así, el informe señala que la cifra de personas que logran pedir protección en la UE "no llega a la mitad" del número de personas refugiadas en países pequeños como Líbano, que acoge a cerca de un millón de desplazados del conflicto sirio. En este sentido, el presidente de la CEAR, Carlos Berzosa, y la secretaria general de la organización, Estrella Galán, han lamentado la política de España y la UE de "priorizar" la protección ante la inmigración procedente de África y del conflicto sirio, anteponiendo este criterio a "los compromisos internacionales con el asilo y a la solidaridad que deberían tener con los refugiados".
Así, Galán ha denunciado el "abandono de expedientes" de petición de asilo por parte de la administración española "a la espera de que escampen los conflictos", así como una concepción del estatuto de refugiado "muy restrictiva" en comparación con la figura contemplada por la Convención de Ginebra de 1951. A juicio de la organización, el "criterio de prudencia" adoptado por España provoca situaciones de inseguridad y desamparo entre quienes solicitan asilo en el país. De hecho, el informe señala que, de las 4.502 personas que pidieron protección internacional, 3.609 la formalizaron en territorio nacional, solamente 381 en la frontera, 306 en un Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE) y 206 en las embajadas, aunque esta últimas son "peticiones de extensión familiar" del estatuto de refugiado por parte de familiares que ya lo han logrado en España.
El bajo número de solicitudes en las fronteras y en los CIE (687, en total) se debe a que estas, "en su mayoría son directamente denegadas", por lo que los inmigrantes que llegan a España en busca de asilo tratan de llegar a la península de forma irregular para formalizar su petición de protección allí, según han indicado los responsables del informe. "Más preocupante aún es la realidad del aeropuerto de Madrid-Barajas, el principal punto fronterizo en materia de asilo en España. Todas las solicitudes que no eran de Siria, Afganistán, Mali, Irak, Somalia y Sri Lanka, salvo 14 fueron denegadas", apunta el documento. Además, en el caso de quienes logran que su petición sea admitida a trámite en Ceuta y Melilla, se encuentran con que las autoridades impiden su traslado a la Península y, por tanto, "les condenan a aguardar una resolución positiva", por lo que en muchos casos "terminan por renunciar a la solicitud" para tratar de alcanzar la Península de forma clandestina.
Al respecto, la refugiada siria en España Rudaina Al-Kindi ha explicado que, para el solicitante de asilo en el país, pedir protección supone "vivir preguntándose si se le aceptará o no, cuándo, cuándo podrá trabajar, si conseguirá aprender el idioma...". "Nosotros no tomamos la decisión de pedir asilo, nos vimos obligados a ello, no es fácil empezar otra vida en otro país con costumbre distintas -ha explicado Al-Kindi- Antes vivía en Damasco, trabajaba en un programa de desarrollo de zonas rurales para la ONU y estudiaba Derecho, pero tuve que dejarlo. Teníamos nuestras vidas y futuro, todo pensado y planeado y ahora tenemos que empezar desde cero".
Fuente: Europa Press
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