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martes, 10 de junio de 2014

EE.UU habilita bases militares para albergar a niños indocumentados

El Gobierno estadounidense anunció este lunes que abrirá nuevas bases militares para hospedar temporalmente a los niños que cruzan la frontera solos. El número de menores latinoamericanos que emprenden esa odisea en solitario ha aumentado y ha generado una crisis humanitaria que las autoridades de EE.UU. pretende atajar con medidas como esta. Después de que en mayo el Departamento de Defensa anunciara la apertura de la basa aérea Lackland en San Antonio, ahora funcionarios de Gobierno confirmaron que la base militar de Fort Sill en Lawton, Oklahoma, abrirá sus puertas para hospedar a los menores, que en su mayoría vienen de países como Honduras, El Salvador y Guatemala.

En su camino arrastran historia de violencia y abusos. Si se salvan de los carteles y el secuestro, tienen muchas posibilidades de ser capturados por la patrulla fronteriza. Actualmente el Gobierno está realizando un trabajo interagencias para enfrentar el alto número de niños que ha llegado a Estados Unidos. En 2013 más de 24.668 menores indocumentados ingresaron a refugios para su cuidado, se espera que este año superen los 60.000, según proyecciones gubernamentales. La Agencia Federal para el Manejo de Emergencia (FEMA) está coordinando el trabajo entre instituciones.


Se espera que entre 600 y 1.200 niños lleguen a Fort Sill antes de que termine esta semana. Los soldados de las divisiones de artillería y marina reciben entrenamiento en el lugar. La semana pasada el Gobierno anunció la apertura de la base aérea Ventura en California. Fuentes en la Casa Blanca especificaron que están evaluando abrir otra base en Baltimore.
“El Gobierno se ha preparado, pero el influjo es mucho más alto del que anticipamos y por eso estamos tomando las medidas. Estamos trabajando lo más rápido posible para que los establecimientos sean eficientes”, aseguró un alto funcionario de la Administración. Los números aumentaron dramáticamente en mayo. "Y no estamos siendo capaces de lograr un traslado en menos de 72 horas desde los centros de Patrulla Fronteriza, pero por lo pronto estamos haciendo lo posible por mantenerlos cómodos”, insistió otro funcionario.

“Están buscando en todas partes, nosotros entendemos que es una situación muy difícil y sabemos que los centros de la Patrulla Fronteriza son terribles. No son lugar para niños. Solo porque es una base militar no quiere decir que no es un sitio apropiado”, aseguró Michelle Brané, directora del programa para justicia y derechos de inmigrantes en Women Refugee Commission. Lo importante de acuerdo a diversas organizaciones de derechos civiles es que los menores tengan acceso a beneficios básicos como baños, camas y comida, además de mantenerlos seguros.

Según la información del portavoz del Pentágono el coronel Steve Warren, el secretario de defensa Chuck Hagel aprobó el uso de Fort Sill por 120 días. “Nuestro apoyo se limita a prestarles los establecimientos, este esfuerzo no tiene ningún impacto en la habilidad del Departamento de Defensa para cumplir con sus misiones primarias”, comentó. Las bases militares se están convirtiendo en una de las pocas alternativas viables para estos niños, mientras la Administración para Niños y Familias realiza esfuerzos por localizar a sus familiares. Pero está en duda hasta cuándo funcionará el sistema de esta forma y qué ocurrirá si el número de niños continúa aumentando, tanto a nivel de costo para el Gobierno federal, como de espacio.

Funcionarios de gobierno especificaron que se han asignado más de 2.000 millones de dólares para mantener establecimientos del Departamento de Salud y hay una petición adicional por más de 160 millones de dólares para el Departamento de Seguridad. “Estamos en conversaciones con apropiaciones para enfrentar este desafío”, reconocieron. El portavoz de la Administración para Niños y Familias, Kenneth Wolfe detalló que en el presupuesto del año fiscal 2014 el Congreso destinó 868 millones de dólares para usarlos en beneficio de niños no acompañados que llegan al país.

Otra preocupación es la seguridad. Brané insistió en que estos niños son blanco de los carteles, que los ven como fuerza de trabajo para expandir sus redes. Hasta el momento la administración se ha esforzado por ubicar a personas responsables por los niños que se puedan hacer cargo de ellos, mientras su situación migratoria se define. “Es importante que revisen bien con quienes se van los menores. El crimen organizado los busca. Los niños tienen familia acá, pero eso no quiere decir que exista una relación buena. Deben ver dónde van, muchos podrían calificar para asilo pero necesitan abogados que los ayuden”, explicó.

La semana pasada el Gobierno anunció un nuevo programa para dar acceso a abogados que asistan a los niños que están enfrentando procesos de deportación. Se espera que se otorguen más de dos millones de dólares en fondos para organizaciones no gubernamentales, que se traduzcan en la ayuda de más de 100 abogados.

Publicado en el diario El País
Autor: Antonieta Cádiz

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