Los rumores sobre una posible operación contra la inmigración ilegal
en Tailandia han empujado a miles de camboyanos sin papeles a regresar a
su país desde que los militares tomaran el poder el pasado 22 de mayo. El éxodo se ha disparado en las últimas jornadas hasta sobrepasar las
100.000 personas que han regresado a Camboya, según las cifras aportadas
por la Oficina Internacional para la Migración (IOM) en la región de Asia y el Pacífico. “Sólo en los dos últimos días unos 70.000 camboyanos han cruzado la
frontera hacia su país. Aún hay muchos esperando y podría haber más en
camino”, declaró a Efe Brett Dickson, coordinador de la IOM que se encuentra en el paso fronterizo de Poipet.
Seis camboyanos que se desplazaban en furgoneta con destino a la frontera y un tailandés, el conductor del vehículo, han perdido la vida esta mañana en un accidente de tráfico en la provincia tailandesa de Sa Keao, que ha causado otros 12 heridos. Medios camboyanos y organizaciones locales pro derechos humanos se han hecho eco de los rumores que aseguran que los militares han disparado y propinado palizas a trabajadores camboyanos ilegales, a los que obligan a desplazarse hasta la frontera en camiones abarrotados de gente. “El empresario nos dio dos opciones: regresar a casa o quedarnos y esperar a los militares que podrían detenernos e incluso dispararnos”, manifiesta Thai Phoun, que trabajaba en el sector de la construcción en Tailandia, al diario The Phnom Penh Post.
Según el testimonio de varios afectados, las empresas en Tailandia han instado a regresar temporalmente a Camboya a los trabajadores sin papeles después de que la junta militar anunciara sanciones de 10.000 bat (308 dólares o 228 euros) por cada inmigrante ilegal empleado y el arresto del trabajador. Las autoridades tailandesas, por su parte, han negado los informes aunque admiten que los inmigrantes sin papeles están abandonando el país por miedo a posibles represalias por la junta militar. “No estamos seguros de qué ha sucedido, ni de que los informes sean verdaderos. Estamos preocupados porque algo tiene que haber pasado para que esta marea de personas se mueva a la vez. No es normal”, asegura Dickson por teléfono.
El goteo incesante de camiones cargados de personas, autobuses abarrotados y trenes hasta los topes continúa en la frontera. Aunque las autoridades camboyanas “están bien organizadas, algunas ONG y agencias internacionales estamos ya en la zona para apoyar a los emigrantes”, ante el riesgo de escasez de agua y alimentos, apunta el trabajador de la Oficina Internacional para la Migración, quien también alaba la llegada de muchos voluntarios. La mayor parte de los camboyanos que han regresado son varones adultos, aunque existen un elevado número de mujeres, algunas de ellas embarazadas, y niños. El ministro camboyano de Trabajo, Ith Sam Heng, señaló desde Poipet que el Gobierno está preparando un plan para la creación de empleos que absorba la masa desplazada.
El Gobierno de Camboya, además, ha movilizado más de un centenar de camiones del Ejército para transportar a los inmigrantes desde la frontera hasta sus provincias. Entre 100.000 y 250.000 camboyanos indocumentados trabajan en Tailandia, según el Gobierno camboyano, que asegura que se ha puesto en contacto con las autoridades de Bangkok para evitar castigos contra estos inmigrantes. Miles de inmigrantes ilegales, la mayoría procedentes de Birmania (Myanmar) y Camboya, son empleados en Tailandia en la construcción, la agricultura o el sector pesquero y de procesados de pescado y marisco, entre otros, donde a menudo están expuestos a abusos y explotación. La junta militar de Tailandia fue el único Gobierno que se opuso a la aprobación ayer en Ginebra del nuevo protocolo vinculante de la Organización Internacional del Trabajo de la ONU en contra del trabajo forzoso.
Fuente: EFE
Seis camboyanos que se desplazaban en furgoneta con destino a la frontera y un tailandés, el conductor del vehículo, han perdido la vida esta mañana en un accidente de tráfico en la provincia tailandesa de Sa Keao, que ha causado otros 12 heridos. Medios camboyanos y organizaciones locales pro derechos humanos se han hecho eco de los rumores que aseguran que los militares han disparado y propinado palizas a trabajadores camboyanos ilegales, a los que obligan a desplazarse hasta la frontera en camiones abarrotados de gente. “El empresario nos dio dos opciones: regresar a casa o quedarnos y esperar a los militares que podrían detenernos e incluso dispararnos”, manifiesta Thai Phoun, que trabajaba en el sector de la construcción en Tailandia, al diario The Phnom Penh Post.
Según el testimonio de varios afectados, las empresas en Tailandia han instado a regresar temporalmente a Camboya a los trabajadores sin papeles después de que la junta militar anunciara sanciones de 10.000 bat (308 dólares o 228 euros) por cada inmigrante ilegal empleado y el arresto del trabajador. Las autoridades tailandesas, por su parte, han negado los informes aunque admiten que los inmigrantes sin papeles están abandonando el país por miedo a posibles represalias por la junta militar. “No estamos seguros de qué ha sucedido, ni de que los informes sean verdaderos. Estamos preocupados porque algo tiene que haber pasado para que esta marea de personas se mueva a la vez. No es normal”, asegura Dickson por teléfono.
El goteo incesante de camiones cargados de personas, autobuses abarrotados y trenes hasta los topes continúa en la frontera. Aunque las autoridades camboyanas “están bien organizadas, algunas ONG y agencias internacionales estamos ya en la zona para apoyar a los emigrantes”, ante el riesgo de escasez de agua y alimentos, apunta el trabajador de la Oficina Internacional para la Migración, quien también alaba la llegada de muchos voluntarios. La mayor parte de los camboyanos que han regresado son varones adultos, aunque existen un elevado número de mujeres, algunas de ellas embarazadas, y niños. El ministro camboyano de Trabajo, Ith Sam Heng, señaló desde Poipet que el Gobierno está preparando un plan para la creación de empleos que absorba la masa desplazada.
El Gobierno de Camboya, además, ha movilizado más de un centenar de camiones del Ejército para transportar a los inmigrantes desde la frontera hasta sus provincias. Entre 100.000 y 250.000 camboyanos indocumentados trabajan en Tailandia, según el Gobierno camboyano, que asegura que se ha puesto en contacto con las autoridades de Bangkok para evitar castigos contra estos inmigrantes. Miles de inmigrantes ilegales, la mayoría procedentes de Birmania (Myanmar) y Camboya, son empleados en Tailandia en la construcción, la agricultura o el sector pesquero y de procesados de pescado y marisco, entre otros, donde a menudo están expuestos a abusos y explotación. La junta militar de Tailandia fue el único Gobierno que se opuso a la aprobación ayer en Ginebra del nuevo protocolo vinculante de la Organización Internacional del Trabajo de la ONU en contra del trabajo forzoso.
Fuente: EFE
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