La emigración provocada por la crisis, el envejecimiento y una baja
natalidad han llevado a Portugal a perder en dos años unos 90.000
habitantes, una “sangría” poblacional que puede dificultar el despegue
del país, según los expertos. Los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) luso
plasman una preocupante tendencia para el futuro de Portugal, que cerró
con 10.487.289 residentes en el 2012 tras dos años consecutivos de
fuerte caída.
“La demografía causa un efecto negativo que puede suponer una mayor dificultad al país para que se recupere”, resumió a EFE la especialista en demografía Filomena Mendes, quien recordó que una población envejecida es generalmente menos productiva que una joven. El aumento de jubilados y la disminución de jóvenes como fuerza laboral ponen en jaque el actual sistema de protección social, avisó la investigadora. “Hay muchos inactivos dependiendo de trabajadores activos, y eso representa un peso enorme. Si seguimos así, el sistema va a colapsarse, será imposible mantener las pensiones y los beneficios sociales”, alertó.
Mendes, quien ocupa el cargo de presidenta de la Asociación Portuguesa de Demografía (APD), identificó tres factores que han impactado negativamente a la demografía lusa: la emigración, que se ha disparado por la crisis; la baja fecundidad y el paulatino envejecimiento de la población. Portugal es considerado el sexto país más envejecido del mundo (un
20 % de su población tiene 65 años o más), arroja más fallecimientos que
nacimientos (saldo natural negativo de unas 18.000 personas en el 2012)
y sufre una ola migratoria que llevó a unos 50.000 portugueses a
abandonar el país sólo en 2012.
Todo ello coloca en riesgo la “sustitución” de los portugueses que se jubilan por jóvenes que ingresan en el mercado laboral. Ejemplo de ello es el índice de renovación de la población activa del país, que ha caído en picado. “Hay que saber qué modificaciones pueden llevar a que las personas sean más productivas durante más tiempo”, expuso Mendes, quien sugirió una disminución de las jubilaciones anticipadas para mantener en activo a los portugueses de entre 55 y 64 años.
Fuente: EFE
“La demografía causa un efecto negativo que puede suponer una mayor dificultad al país para que se recupere”, resumió a EFE la especialista en demografía Filomena Mendes, quien recordó que una población envejecida es generalmente menos productiva que una joven. El aumento de jubilados y la disminución de jóvenes como fuerza laboral ponen en jaque el actual sistema de protección social, avisó la investigadora. “Hay muchos inactivos dependiendo de trabajadores activos, y eso representa un peso enorme. Si seguimos así, el sistema va a colapsarse, será imposible mantener las pensiones y los beneficios sociales”, alertó.
Mendes, quien ocupa el cargo de presidenta de la Asociación Portuguesa de Demografía (APD), identificó tres factores que han impactado negativamente a la demografía lusa: la emigración, que se ha disparado por la crisis; la baja fecundidad
Todo ello coloca en riesgo la “sustitución” de los portugueses que se jubilan por jóvenes que ingresan en el mercado laboral. Ejemplo de ello es el índice de renovación de la población activa del país, que ha caído en picado. “Hay que saber qué modificaciones pueden llevar a que las personas sean más productivas durante más tiempo”, expuso Mendes, quien sugirió una disminución de las jubilaciones anticipadas para mantener en activo a los portugueses de entre 55 y 64 años.
Fuente: EFE
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