La situación de peligro que viven muchos cooperantes españoles en
zonas de riesgo ha obligado a muchas ONGs a sustituirlos por nativos, menos proclives a sufrir secuestros y otro tipo de ataques, tal y como han asegurado a portavoces de varias asociaciones. Una decisión que ya dejaba claro el presidente de Médicos Sin Fronteras España (MSF), José Antonio Bastos, en la memoria nacional de 2011 de esta asociación, y que obedece a las constantes "interrupciones y ataques directos" que "a menudo" reciben los cooperantes.
Desde hace unos años, un buen número de cooperantes ha sufrido las consecuencias de la inseguridad en muchos países e, incluso, han sido secuestrados. Por ello, las ONGs han comenzado a sustituir a los profesionales desplazados en estas regiones por personas originarias del país al considerar que, por ejemplo, "secuestrar a un local tiene poco interés porque nadie va a responder por él", en palabras del subdirector del Departamento de Cooperación Internacional de Cruz Roja España, Jaime Vara. Pese a este temor, la mayoría de las organizaciones insiste en subrayar que, contrariamente a lo que se cree, el principal problema de seguridad en estas zonas no son los secuestros, sino accidentes de tráfico, seguidos de robos.
Además de la ventaja que supone en cuanto a seguridad, la adhesión a este procedimiento conlleva, según explica el director de logística de Acción Contra el Hambre, Álvaro Villanueva, el incremento de "responsabilidad" para los locales, que pueden "agilizar" el trabajo de una ONG ausente mediante "protocolos de seguimiento remoto". Alrededor de 2.300 españoles distribuidos por todo el mundo realizan labores de cooperación, según datos correspondientes a 2011 facilitados por el Ministerio de Asuntos Exteriores que dirige José Manuel García-Margallo.
El número de ellos que coopera en países de más riesgo para su seguridad no ha sido detallado, a la espera del informe anual que se publicará el próximo 8 de septiembre con motivo del Día Internacional del Cooperante que dará cuenta de la distribución actualizada por regiones. Tampoco las ONGs disponen de datos homogéneos que permitan dibujar el mapa de la cooperación española ni concretar cuántos de estos voluntarios realizan su labor en zonas de riesgo. Es un problema que reconocen fuentes de la Coordinadora de ONGs para el Desarrollo, que aglutina a un total de 97 organizaciones a nivel estatal y unas 400 de carácter local, provincial y autonómico. "Cada ONG debe ser responsable y tener su propio registro", puntualizan portavoces de esta coordinadora.
No obstante, algunas de ellas, como Médicos Sin Fronteras, sí han aportado cifras. Así, fuentes de esta organización han explicado que han ido reduciendo el número de expatriados en las distintas misiones internacionales. Ya en 2011, Médicos Sin Fronteras rebajó al 8% el porcentaje de expatriados participantes en misiones de todo el mundo, que alcanza la cifra de 2.580, si bien no ha facilitado el número de ellos que son españoles. Mientras, el 86% son locales, hasta un total de 29.302. El 6% restante trabaja en labores de administración. Por su parte, Cruz Roja sí que ha facilitado datos de españoles y de zonas de riesgo y contabiliza un total de 67 cooperantes en 23 países más inseguros, de los que destaca Haití, con 13; Níger, Argelia y Filipinas, con 5 cada uno, y Senegal, Etiopía, Colombia y Tanzania, con 4 en cada caso, mientras que el resto de regiones cuenta con menos de dos trabajadores. También para Acción Contra el Hambre el protagonista es el continente africano, aunque con menor presencia. Sólo 20 cooperantes componen la expedición española de esta ONG en el mundo.
Los incidentes a los que se ven expuestos cooperantes pueden variar según la zona, ya que, según explican las fuentes de la Coordinadora, hay que diferenciar entre los territorios que ya están en conflicto de aquellos en los que se llevan a cabo proyectos de desarrollo y de repente se desencadena la violencia. En base a estos posibles escenarios, se cuenta también con varios perfiles de cooperantes para cada situación; así, están por una parte los que conocen la dificultad del lugar porque han sido entrenados para ello y poseen conocimientos sólidos de seguridad, como por ejemplo en Sudán, donde las labores se centran en la ayuda humanitaria.
Por otra parte, en proyectos de desarrollo como los de Senegal, Sáhara, Costa de Marfil o Mauritania, trabajan expertos en cultivo agrícola u otras necesidades del territorio.
Fuente: EFE
Foto: E. M.
Desde hace unos años, un buen número de cooperantes ha sufrido las consecuencias de la inseguridad en muchos países e, incluso, han sido secuestrados. Por ello, las ONGs han comenzado a sustituir a los profesionales desplazados en estas regiones por personas originarias del país al considerar que, por ejemplo, "secuestrar a un local tiene poco interés porque nadie va a responder por él", en palabras del subdirector del Departamento de Cooperación Internacional de Cruz Roja España, Jaime Vara. Pese a este temor, la mayoría de las organizaciones insiste en subrayar que, contrariamente a lo que se cree, el principal problema de seguridad en estas zonas no son los secuestros, sino accidentes de tráfico, seguidos de robos.
Además de la ventaja que supone en cuanto a seguridad, la adhesión a este procedimiento conlleva, según explica el director de logística de Acción Contra el Hambre, Álvaro Villanueva, el incremento de "responsabilidad" para los locales, que pueden "agilizar" el trabajo de una ONG ausente mediante "protocolos de seguimiento remoto". Alrededor de 2.300 españoles distribuidos por todo el mundo realizan labores de cooperación, según datos correspondientes a 2011 facilitados por el Ministerio de Asuntos Exteriores que dirige José Manuel García-Margallo.
El número de ellos que coopera en países de más riesgo para su seguridad no ha sido detallado, a la espera del informe anual que se publicará el próximo 8 de septiembre con motivo del Día Internacional del Cooperante que dará cuenta de la distribución actualizada por regiones. Tampoco las ONGs disponen de datos homogéneos que permitan dibujar el mapa de la cooperación española ni concretar cuántos de estos voluntarios realizan su labor en zonas de riesgo. Es un problema que reconocen fuentes de la Coordinadora de ONGs para el Desarrollo, que aglutina a un total de 97 organizaciones a nivel estatal y unas 400 de carácter local, provincial y autonómico. "Cada ONG debe ser responsable y tener su propio registro", puntualizan portavoces de esta coordinadora.
No obstante, algunas de ellas, como Médicos Sin Fronteras, sí han aportado cifras. Así, fuentes de esta organización han explicado que han ido reduciendo el número de expatriados en las distintas misiones internacionales. Ya en 2011, Médicos Sin Fronteras rebajó al 8% el porcentaje de expatriados participantes en misiones de todo el mundo, que alcanza la cifra de 2.580, si bien no ha facilitado el número de ellos que son españoles. Mientras, el 86% son locales, hasta un total de 29.302. El 6% restante trabaja en labores de administración. Por su parte, Cruz Roja sí que ha facilitado datos de españoles y de zonas de riesgo y contabiliza un total de 67 cooperantes en 23 países más inseguros, de los que destaca Haití, con 13; Níger, Argelia y Filipinas, con 5 cada uno, y Senegal, Etiopía, Colombia y Tanzania, con 4 en cada caso, mientras que el resto de regiones cuenta con menos de dos trabajadores. También para Acción Contra el Hambre el protagonista es el continente africano, aunque con menor presencia. Sólo 20 cooperantes componen la expedición española de esta ONG en el mundo.
Los incidentes a los que se ven expuestos cooperantes pueden variar según la zona, ya que, según explican las fuentes de la Coordinadora, hay que diferenciar entre los territorios que ya están en conflicto de aquellos en los que se llevan a cabo proyectos de desarrollo y de repente se desencadena la violencia. En base a estos posibles escenarios, se cuenta también con varios perfiles de cooperantes para cada situación; así, están por una parte los que conocen la dificultad del lugar porque han sido entrenados para ello y poseen conocimientos sólidos de seguridad, como por ejemplo en Sudán, donde las labores se centran en la ayuda humanitaria.
Por otra parte, en proyectos de desarrollo como los de Senegal, Sáhara, Costa de Marfil o Mauritania, trabajan expertos en cultivo agrícola u otras necesidades del territorio.
Fuente: EFE
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