La organización Médicos sin Fronteras (MSF) ha informado de que la epidemia de ébola en Uganda está "cada vez más acotada". Todo ello gracias al esfuerzo de la organización, el Ministerio de Salud del país y otros organismos. Además, la OMS asegura que el virus del ébola se mantiene circunscrito
a Uganda y no se ha registrado caso alguno en los países vecinos.
Además, añade que no recomienda restricción alguna de comercio o viajes a
Uganda.
La epidemia ya ha costado la vida a 17 personas desde que se declaró a finales de julio en Kibale (oeste de Uganda). Nueve pacientes se encuentran ingresados. De ellos, dos son casos confirmados de ébola y el resto está en observación, a la espera de los análisis. Sin embargo, una veintena de personas han recibido el alta médica y una mujer, que estaba infectada, ha podido volver recuperada a casa. Durante la semana que ha permanecido la organización en la zona, ha montado un centro de tratamiento, separado a los pacientes confirmados de los sospechosos y ha activado un sistema de protección para el personal sanitario. El doctor Paul Roddy, epidemiólogo de MSF, explica en la web de la ONG que "la contención de la epidemia es un proceso complejo, pero el hecho de que los ingresos en el hospital estén disminuyendo sugiere que el nivel de contagio es bajo. Hasta ahora, el brote tiene una tasa de mortalidad del 27%".
La ONG ha logrado cercar la epidemia trabajando en estrecha colaboración con otras entidades como el Ministerio de Salud ugandés, el norteamericano Centro para el Control y Prevención de Enfermedades, la Cruz Roja de Uganda y la Organización Mundial de la Salud. Una de las prioridades es dar apoyo psicológico y social tanto a víctimas como a sus familias. Por ello, es importante para MSF trabajar con las autoridades de salud en busca de evitar que se produzcan situaciones de rechazo en las comunidades cuando regresen los pacientes. "Un hombre y tres de sus hijos estaban ingresados, pero el laboratorio confirmó que no eran casos de ébola", cuenta Segimon Garcia, responsable de comunicación comunitaria y educación. "Un equipo psicosocial del Ministerio de Salud habló con los vecinos de esta familia para explicarles que no tienen el ébola. El día 6, la familia volvió a casa en un vehículo de MSF acompañada por psicólogos para que tuviera un buen recibimiento", añade.
Fuente: Agencias
Foto: Agus Morales (EFE)
La epidemia ya ha costado la vida a 17 personas desde que se declaró a finales de julio en Kibale (oeste de Uganda). Nueve pacientes se encuentran ingresados. De ellos, dos son casos confirmados de ébola y el resto está en observación, a la espera de los análisis. Sin embargo, una veintena de personas han recibido el alta médica y una mujer, que estaba infectada, ha podido volver recuperada a casa. Durante la semana que ha permanecido la organización en la zona, ha montado un centro de tratamiento, separado a los pacientes confirmados de los sospechosos y ha activado un sistema de protección para el personal sanitario. El doctor Paul Roddy, epidemiólogo de MSF, explica en la web de la ONG que "la contención de la epidemia es un proceso complejo, pero el hecho de que los ingresos en el hospital estén disminuyendo sugiere que el nivel de contagio es bajo. Hasta ahora, el brote tiene una tasa de mortalidad del 27%".
La ONG ha logrado cercar la epidemia trabajando en estrecha colaboración con otras entidades como el Ministerio de Salud ugandés, el norteamericano Centro para el Control y Prevención de Enfermedades, la Cruz Roja de Uganda y la Organización Mundial de la Salud. Una de las prioridades es dar apoyo psicológico y social tanto a víctimas como a sus familias. Por ello, es importante para MSF trabajar con las autoridades de salud en busca de evitar que se produzcan situaciones de rechazo en las comunidades cuando regresen los pacientes. "Un hombre y tres de sus hijos estaban ingresados, pero el laboratorio confirmó que no eran casos de ébola", cuenta Segimon Garcia, responsable de comunicación comunitaria y educación. "Un equipo psicosocial del Ministerio de Salud habló con los vecinos de esta familia para explicarles que no tienen el ébola. El día 6, la familia volvió a casa en un vehículo de MSF acompañada por psicólogos para que tuviera un buen recibimiento", añade.
Fuente: Agencias
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