Las escasas lluvias registradas el año pasado han propiciado un descenso de la producción agrícola. También ha agudizado la crisis alimentaria que se vive en la zona, donde los precios de los alimentos permanecen altos e impiden que campesinos y pastores puedan acceder a ellos. En Níger, la producción de cereales en 2009 disminuyó un 30% con respecto al año anterior, mientras que la de caupí -semilla que constituye una fuente importante de proteína para la población-, cayó un 37%, explicó la organización.
La irregular temporada de lluvias ha provocado también la escasez de pastizales, lo que deja en peligro al 70% del ganado de Níger, país que ya sufrió una importante crisis alimentaria en 2005. Para hacer frente a esta situación, la FAO ha puesto en marcha ocho nuevos proyectos que cuentan con un presupuesto de 12,7 millones de dólares y se estima que beneficiarán a 2,6 millones de personas. Estos programas incluyen la compra y reparto de 7.850 toneladas de pienso para animales, 2.500 toneladas de cereales y semillas de hortalizas y fertilizantes para la principal temporada de siembra en junio y la estación seca en octubre.
Por otra parte, en Chad la producción alimentaria también ha disminuido un 11,5% con respecto a la temporada anterior y es la más baja desde 2006. El descenso es mucho mayor en algunas regiones debido a la inestabilidad política en la frontera con Sudán, donde la afluencia de refugiados agrava el problema de la escasez de agua para los agricultores.
Fuente y foto: EFE
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